Un negocio que cierra por jubilación pero que deja una huella imborrable en el corazón de sus vecinos

Este mes, nuestros protagonistas del Ayer y hoy de… son Pepe Mesa y Nora Vargas, un matrimonio muy querido en Boadilla propietarios de la Panadería-Alimentación Mesa Vargas.


Llevan 42 años con su negocio, pero Pepe comenzó su trayectoria profesional desde bien jovencito, “empecé, por situaciones de la vida, con 12 años. Salía del colegio y me iba por las tardes a trabajar al restaurante Oasis que era de Ángel Nicolás y que estaba en la calle José Antonio. También estuve en hostelería en Madrid en centros oficiales con una empresa además de trabajar con Romero. Llegué a un punto de tener tres trabajos, por la mañana en Correos de enlace, al mediodía en un restaurante donde Fede y por la tarde con Romero y siempre de cara al público”, recuerda Pepe. Después, llegó la hora de hacer el servicio militar, se licenció en enero de 1981 y fue cuando decidió abrir su propio negocio. Abrió oficialmente la tienda en marzo de ese mismo año en la calle José Antonio, 45 (actual calle Juan Carlos I). Conoció a su mujer en 1986, se casaron y desde ese momento, Nora se incorporó al negocio junto a su marido. Han sido 42 años de trabajo juntos, con sus más y sus menos, pero siempre bien avenidos.
Oír a Pepe a hablar de su mujer es una delicia, ver cómo se emociona cuando habla de ella es admirable, ya que no es nada fácil trabajar y convivir juntos las 24 horas, “trabajar con ella ha sido increíble, evidentemente hemos tenido algún encontronazo porque yo soy muy nervioso y ella todo lo contrario.” Al preguntarle qué es lo que destacaría de Nora, Pepe, emocionado nos dice “buff, muchas cosas, enumerártelas sería un poco difícil. Es una persona sociable, empática, muy cariñosa con todo el mundo. Nora era el paño de lágrimas de los clientes de la tienda. Que te voy a decir, llevamos 37 años casados, con sus más y sus menos, como todos, pero muy feliz y los hijos que me dio son una maravilla, ¡qué más puedo pedir! Ella es muy especial para todos y sigue siéndolo. Cuidó de mis padres, ha cuidado de mi hermano y ahora me necesita y tengo que estar con ella, pero no por agradecimiento, sino porque se lo merece y es una persona maravillosa”.

Izq.: Fachada de la panadería-alimentación Mesa Vargas a finales de los 70 en un día de fiestas. Centro.: Algunos de los artículos del establecimiento.


En diciembre de 1990, Pepe y Nora ampliaron su negocio en la misma calle, abriendo un autoservicio UDACO en un local más grande. Estuvieron durante cinco años trabajando muy bien hasta que con la construcción de la M-40, abrieron una gran superficie de alimentación, “el negocio bajó porque la gente de las urbanizaciones que pasaba por el pueblo a comprar, ya no se tenían que desviar y nos volvimos a nuestro local de origen. Además, teniendo el UDACO, nos fuimos a vivir a La Raya del Palancar y durante un año estuvimos con el Club Social de la urbanización, pero lo tuvimos que dejar porque mi mujer se puso malita. En esa época combinaba el autoservicio con el club social. El autoservicio se abría todos los días y el club de lunes a viernes sólo por las tardes y, los sábados y domingos, el día completo”, recuerda Pepe.

Cartel en el establecimiento y premio Laurel de Oro en 2013.


Sus dos hijos, David y Luis, también han ayudado en el negocio familiar desde bien jovencitos. “mis padres abrían la tienda todos los días, de lunes a domingo. Íbamos casi todas las tardes a echar una mano después de estudiar, a cargar y descargar cajas, hacer algunos pedidos y cuando ya tuvimos más edad, con 15 -16 años, se iban de vacaciones en verano quince días y nos quedábamos nosotros abriendo. Al sacarnos el carnet, sus vacaciones fueron algo más largas y nosotros hacíamos todo: repartíamos, íbamos al almacén…. todo eso durante la época de estudios. Luego, cuando nos pusimos a trabajar, también tuvimos un tiempo en el que les echábamos una mano, de hecho, yo, hasta hace un año cuando se iban, les repartía el pan”, cuenta su hijo David. Unos hijos que han visto el enorme sacrifico que han hecho sus padres a lo largo de toda su vida, “cuando trabajábamos en la tienda te dabas cuenta del ritmo que llevaban nuestros padres. Ellos nos han inculcado ese espíritu de trabajo, de sacrificio y de respeto”, afirma David.

En la imagen, Nora y Pepe, los dos pilares del establecimiento Mesa Vargas desde hace más de 40 años


Ha sido toda una vida de trabajo, por eso Pepe y Nora tienen más que merecido el descanso. Ha llegado la hora de echar el cierre porque se acaban de jubilar. Cuarenta y dos años después, su negocio les ha traído la jubilación. Pepe nos dice que “echaré de menos el trato directo con las personas, es gente de toda la vida de Boadilla, yo he nacido aquí y al final, más que clientes son amigos. Estar con ellos, convivir el día a día, hemos intentado ser sobre todo buenos vecinos y siempre, en la medida de lo posible, ayudar. Por un lado, tengo una sensación de tristeza al echar el cierre, pero también de alegría porque nos merecemos un descanso, mi mujer, sobre todo, porque ha tenido mucho trabajo cuidando primero de mis padres, de mi hermano, la tienda, mis hijos, familia que trajo ella de Colombia que estaban en casa…. Ha trabajado muy duro, se lo merecía y creo que yo también”.
Un descanso más que merecido para Pepe Mesa y Nora Vargas que cierran su negocio en Boadilla del Monte con la tranquilidad de haber hecho las cosas bien. Sus vecinos y amigos les echarán de menos. Desde esta revista, os deseamos lo mejor a los dos.


Texto: Kathy Montero
Fotos: Ayer&hoy, cedidas por el negocio