Francisco Javier Morales Hervás / Doctor en Historia

Los gobiernos del PSOE de Felipe González (1982-1996).

Tras las elecciones de 1982, Felipe González asumía la presidencia del gobierno e iniciaba una política de reformas. En economía pretendía controlar la inflación, facilitar la inversión extranjera y afrontar la reconversión industrial, que contribuyó al aumento del paro hasta el 25% de la población activa. En materia social se despenalizó el aborto en algunos casos y se universalizó la atención sanitaria. En política interior se desarrolló el Estado autonómico y en política exterior se ingresó en la CEE (1986) y se ratificó la permanencia en la OTAN, a pesar del compromiso socialista de salir de este organismo.

El PSOE revalidó la mayoría absoluta en 1986 y 1989. Durante estos años, se amplió el sistema de pensiones y de cobertura del desempleo, se aprobó una nueva Ley de Educación (LOGSE, 1990), que amplió la enseñanza obligatoria a los 16 años, se impulsaron las obras públicas, apoyadas en fondos europeos (autovías y AVE). En política exterior, se apoyó la intervención contra Irak en la Guerra del Golfo (1990) y en la antigua Yugoslavia (1992-93).

En 1993, el PSOE ganó las elecciones de forma ajustada (159 diputados frente a los 141 del PP), por lo que tuvo que apoyarse en los nacionalistas catalanes (CiU) y vascos (PNV). La debilidad del gobierno se incrementó por:

  • Agudización de la crisis económica, disparándose el déficit público, la Deuda Estatal, la inflación y la tasa de paso, que llegó al 25%.
  • Casos de corrupción que afectaron a dirigentes socialistas y el caso FILESA (financiación ilegal del PSOE).
  • Se acusó al gobierno de haber organizado la guerra sucia contra ETA con los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación).

Además, en 1995, estalló el escándalo de las escuchas ilegales del CESID a diversas personalidades, incluido el rey. CiU retiró su apoyo al gobierno, que tuvo que adelantar las elecciones para marzo de 1996.

Los gobiernos del PP de José María Aznar (1996-2004).

El PP logró una ajustada victoria electoral (156 diputados, frente a los 141 del PSOE) y tuvo que apoyarse en los nacionalistas catalanes (CiU), vascos (PNV) y canarios (CC), para que José María Aznar lograra la presidencia del gobierno.

El objetivo principal de Aznar era cumplir los criterios de convergencia para acceder a la Unión Económica y Monetaria e incorporar a España al Euro: el PIB creció a más del 3% anual, el paro bajó al 15%, la inflación al 2%, el déficit público al 3% y la Deuda Pública al 68%. Con estos datos España ingresó en la UEM en 1999 y en la zona Euro en 2002. Se privatizaron empresas públicas (Telefónica, Iberia…), se liberalizó el mercado energético, se rebajaron impuestos, se flexibilizó el mercado laboral y creció la inversión pública en infraestructuras. Se suprimió el Servicio Militar Obligatorio (la “mili”) y se firmó el Pacto de Toledo para garantizar el sistema público de pensiones. En el exterior, España se incorporó a la estructura militar de la OTAN (1997) y colaboró con la ONU en la guerra de Kosovo (1999).

En las elecciones de 2000, el PP lograba la mayoría absoluta. La economía siguió creciendo a buen ritmo, se estrechó el cerco contra ETA y se aprobó la Ley de Partidos para impedir la presencia en las instituciones de ETA y sus apoyos (Batasuna). Se aprobó la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación) y se presentó el Plan Hidrológico Nacional. Sin embargo, diversos hechos marcaron la segunda legislatura de Aznar: el hundimiento del petrolero Prestige en las costas gallegas, la huelga general convocada por los sindicatos en 2002 y, fundamentalmente, el apoyo diplomático de España a la intervención militar de EEUU y Reino Unido en Irak (2003).

En las elecciones de marzo de 2004 el candidato del PP fue Mariano Rajoy. La campaña electoral fue cortada brutalmente por el atentado terrorista del 11-M en la estación de Atocha, que provocó casi 200 muertos. El gobierno de Aznar no supo manejar esta crítica situación y tres días después se producía la victoria electoral del PSOE con Rodríguez Zapatero, quien, en una primera etapa, impulsó reformas sociales como la Ley contra la Violencia de Género, la Ley de Dependencia, Ley de matrimonio homosexual…, pero sus últimos años de gobierno estuvieron marcados por una profunda crisis económica, cuya mala gestión favoreció la mayoría absoluta del PP de Rajoy en las elecciones de diciembre de 2011.

La integración de España en Europa.

El régimen de Franco ya solicitó el ingreso en la Comunidad Económica Europea, pero solamente logró el Acuerdo Preferencial de 1970, pues la CEE establecía que todos los Estados miembros debían ser democráticos. Las conversaciones para el ingreso de España en la CEE se retomaron al restablecerse la democracia, pero las negociaciones fueron muy lentas. El principal obstáculo era el gran tamaño del sector agrario español y la competencia en la que entraría con la agricultura francesa, por lo que Francia entorpeció las negociaciones. En 1983 se retomaron unas duras conversaciones durante más de dos años, centradas en dos temas fundamentales: la agricultura, sector en el que España recibiría ayudas comunitarias a través de la PAC a cambio de reducir la producción en muchos sectores, y la industria, que debía acometer una profunda reconversión industrial, que supuso el cierre de numerosas fábricas.

En junio de 1985, España firmaba el Tratado de Adhesión a la CEE. Desde entonces España se ha modernizado notablemente y ha participado en las medidas de integración comunitaria que se han ido adoptando, como las fijadas en el Tratado de Maastricht (1992). En 1999 accedíamos a la Unión Económica y Monetaria, que supuso la adopción en 2002 del Euro como moneda en sustitución de la peseta.

Imagen superior: Felipe González en 2010 (izquierda). Aznar durante el transcurso de la Cumbre entre Rusia y la Unión Europea. 29 de mayo de 2002 (derecha). Wikipedia