
Carlos Caballero / Arqueólogo Colegio Profesional de Arqueología de Madrid
En más de una ocasión nos hemos detenido en esta serie de “Nuestro Patrimonio” en la obra de un arquitecto. Pero si hubo en el siglo XX en Madrid un “arquitecto total”, capaz de conjugar las nuevas tendencias con las inquietudes del cliente, de ser a la vez racionalista y “neoherreriano”, innovador y ecléctico y de tener una arquitectura impecable siempre reconocible, ese es Luis Gutiérrez Soto. Proyectista, sólo en la ciudad de Madrid, de más de 400 edificios para todo uso, nos legó también una saga de construcciones destinadas a un espectáculo cuyo auge y consolidación en nuestra sociedad le tocó vivir: el cine. Después de un primer ensayo afortunado, encontró Gutiérrez Soto una suerte de especialización en la cinematografía y llegó a firmar los proyectos de hasta 23 salas de cine en toda España. Nos fijaremos hoy en tres de ellas, todas en la capital, testigos del auge y caída de un espectáctulo de masas que marcó a generaciones enteras.
El primero de estos cines es el único que sigue hoy en día funcionando como tal: el Callao. Construido en 1926, recoge ya algunos de los rasgos fundamentales de la arquitectura cinematográfica de Gutiérrez Soto, como la esquina curva que une las dos fachadas principales. En el Callao destacan también sus torrecillas, a manera de faros que vigilan la Gran Vía, o los lienzos art déco que ornamentan sus fachadas. El Callao fue, además, escenario de dos innovaciones: el cine al aire libre, que se proyectaba en sus comienzos en la azotea del edificio, y la primera película sonora proyectada en España, “El cantor de Jazz”, en 1929.

Izq. y centro: Cines Barceló y Europa respectivamente. Dcha.: Detalles de Cine Barceló (Fotos: Carlos Caballero)
Apenas dos años mas tarde del cine Callao, en 1928, nuestro arquitecto diseña el grandioso Cinema Europa, en la calle de Bravo Murillo. Es un edificio descomunal, deudor de la arquitectura alemana del momento, que encuentra sus mayores hallazgos en las cristaleras curvadas que animan la fachada principal (que no es ninguna de las largas fachadas rectas, sino la curva entre ambas en la que se sitúa el acceso) y en el gran ventanal que se asoma a la calle de Bravo Murillo. Se trataba de un cine de proporciones colosales, impensables para la época actual, con capacidad para más de 2.200 espectadores. Lamentablemente, como simple proemio de lo que después habría de suceder con las salas de cine, en los años 90, cuando muchos empresarios cinematográficos optaban por atomizar el espacio de que disponían para crear multicines, algunos eligieron el camino que, mucho más tarde, se habría de imponer: el cambio de uso. El viejo Cinema Europa, tras casi 70 años de servicio a la ciudad, dio paso a una tienda de saneamientos que, al menos, respetó el aspecto exterior del edificio.

Izq.: Detalle de cine Callao (Foto: Carlos Caballero). Centro y dcha.: Detalle y frontal del Cine Europa.
Nuestra última parada nació apenas dos años después, en 1930. Se trata del Cine Barceló, en la plaza homónima. Reproduce muchos de los aspectos vistos hasta ahora, un racionalismo alemán imperante en todas las formas, un papel destacado de la esquina del edificio (una vez más, curvada y sede del acceso principal), y algún detalle deudor del Art Déco, como la luminaria vertical que corona la fachada en la esquina. Por sus proporciones, más modestas que las del Europa, es quizás el más airoso de los tres cines de Gutiérrez Soto que visitamos en esta ocasión. Como precursor extremo de la crisis del cine, el Barceló se convirtió pronto en teatro (hacia los años centrales de los 70) y, más tarde, acogió la sede madrileña de la mítica “Pachá” para, en la actualidad, volver a ser una “sala de fiestas” llamada Teatro Barceló.
Los cines de Luis Gutiérrez Soto en Madrid son, probablemente, una de las muestras más representativas de la obra de un arquitecto español excepcional del siglo XX y, también, testigos del esplendor y posterior melancolía de una industria que tanto ha hecho para hacer comprensible nuestra sociedad.