Ubicada en la provincia de Girona, Figueres es una ciudad con una rica historia y una vibrante escena cultural. Conocida mundialmente por ser la cuna de Salvador Dalí, este destino es una parada obligatoria para los amantes del arte, la historia y la gastronomía catalana. Pero Figueres es mucho más que Dalí: es un lugar donde la tradición y la modernidad se fusionan en cada rincón. El principal atractivo de Figueres es, sin duda, el Teatro-Museo Dalí, un espacio dedicado a la obra del célebre pintor.
El centro histórico de Figueres es perfecto para recorrer a pie. Sus calles empedradas y plazas llenas de vida conducen a monumentos como la Iglesia de San Pedro, una joya del gótico catalán donde Dalí fue bautizado, y el Castillo de Sant Ferran, una fortaleza del siglo XVIII que es una de las más grandes de Europa. Desde sus murallas, se pueden admirar vistas espectaculares de la ciudad y sus alrededores.
Además del Museo Dalí, Figueres cuenta con otros espacios culturales que vale la pena visitar. El Museo del Juguete de Cataluña fascina a niños y adultos con su colección de más de 4.000 juguetes históricos, incluidos algunos que pertenecieron a Dalí. También es recomendable visitar el Museo de la Técnica de l’Empordà, que muestra una interesante colección de herramientas y maquinaria antigua, y el Museo de l’Empordà, que alberga obras de arte que reflejan la identidad de la región.
La oferta gastronómica en Figueres es exquisita. La cocina ampurdanesa combina mar y montaña con platos como la suquet de peix (guiso de pescado) y el pa amb tomàquet (pan con tomate), acompañado de embutidos y quesos locales. No puedes dejar de probar un buen vino del Empordà, denominación de origen de la región, que marida a la perfección con la cocina local.
Con su ambiente acogedor, su rica gastronomía y su oferta variada, es un lugar perfecto para una escapada inolvidable en Cataluña. Ya sea que busques sumergirte en el surrealismo, disfrutar de la gastronomía local o explorar los paisajes naturales de la región, Figueres te sorprenderá en cada esquina.

Teatro-Museo Dalí
El Teatro-Museo Dalí se construyó sobre los restos del antiguo Teatro Municipal de Figueres, que fue destruido durante la Guerra Civil Española. En 1961, el alcalde de la ciudad propuso a Dalí crear un museo en su honor, y el artista decidió que este debía situarse en el antiguo teatro, un lugar que tenía un fuerte significado personal para él, ya que allí realizó su primera exposición pública de arte cuando era joven. Dalí supervisó personalmente el diseño del museo, concibiéndolo como una gran obra de arte en sí misma. La remodelación comenzó en los años 70 y, en 1974, el museo abrió sus puertas al público. Posteriormente, el artista continuó ampliándolo y añadiendo nuevas obras hasta su fallecimiento en 1989. Sus restos descansan en una cripta dentro del museo, convirtiéndolo en su última morada. El Teatro-Museo Dalí es una inmersión en la mente del genio surrealista. Su fachada es inconfundible, decorada con grandes huevos y estatuas doradas, mientras que en su interior alberga una de las colecciones más importantes de la obra de Dalí, además de instalaciones interactivas y elementos arquitectónicos únicos. Cabe destacar el conjunto de obras realizadas por el artista expresamente para el Teatro-Museo, como la sala Mae West, la sala Palau del Vent, el Monumento a Francesc Pujols y el Cadillac Lluvioso.