En cuanto hablas con la directora del centro, Ana Martínez, te das cuenta de quién es el alma del Colegio Los Robles, y es que su esencia se basa en cada una de las personas que han pasado por él y las que actualmente están: alumnos, docentes y trabajadores.

Este centro, que en su día fue un colegio militar llamado El Gran Capitán, fue decayendo hasta que lo pusieron en venta, fue entonces cuando un grupo de varios profesores se interesaron por él. Estos docentes, con mucho esfuerzo, adquirieron el centro, formando así una de las primeras cooperativas educativas de España.

Los Robles inauguró su primer curso escolar en 1976 con algo más de seiscientos alumnos, nada mal en un primer año, teniendo en cuenta la situación de declive del anterior centro. Hubo mucho trabajo por parte de los fundadores iniciales para dar a conocer su nuevo colegio tanto entre amigos profesores de otros colegios, como entre los vecinos de la zona.

Desde su origen Los Robles cuenta con un gran edificio principal, pero a lo largo de estos cuarenta y cinco años, ha ido creciendo con la adquisición de un terreno en el que se construyó otro centro dedicado exclusivamente a Educación Infantil, además de un chalet justo a las espaldas del edificio principal, dedicado a secretaría, despachos de orientación y dirección del centro. La actual directora de Los Robles, Ana Martínez, que además fue antigua alumna, recuerda que “cuando estudié aquí, éramos 42 por clase. Hoy en día las ratios están estipuladas y por mucho que queramos meter más alumnos, nuestra capacidad está limitada. Pero igualmente hemos ido creciendo y mejorado mucho porque contábamos solo con un edificio y ahora tenemos otro específicamente para los alumnos de 2 a 5 años con un patio de arena y otro de goma para ellos, sin que se tengan que mezclar con niños más mayores”.

Izq.: Ana Martínez, actual directora de Los Robles, en la entrada del centro. Centro: Folleto publicitario para atraer alumnos. Dcha.: Imagen del colegio Los Robles en 1976.

La base de Los Robles es tener ese concepto de ser una gran familia, “ese es nuestro eslogan, aquí es muy importante el arraigo de las personas que entran en el colegio, tanto de los trabajadores como de las familias. En ese sentido, tenemos muchísimos hijos de antiguos alumnos desde siempre, incluso tenemos profesores que fueron alumnos o que siguieron la tradición de sus padres que fueron profesores, como es mi caso, y siguen hoy aquí. Esa es nuestra felicidad, nuestro lema, una gran familia y es que todos nos conocemos, nos preocupamos por el alumno, el trato cercano. Eso ha sido así desde el principio y con los años hemos ido potenciándolo hasta convertirlo en nuestra campaña publicitaria, en nuestra consigna. Cuidamos mucho al alumno, damos especial importancia a la educación en valores, nos preocupamos tanto de los buenos alumnos como de los que tienen más dificultades. Ese es un poco el sentir nuestro, somos como un triángulo educativo en los que sus tres vértices están siempre conectados: familia, alumno y colegio”, nos dice su directora Ana Martínez.

En sus inicios el centro era privado, pero en el curso 95/96 pasó a ser concertado, excepto el Bachillerato (etapa privada). Su evolución ha sido intensa tanto por parte del profesorado como del alumnado. Todo el proceso de cambio de sistemas educativos, de leyes y de las nuevas tecnologías se han ido incorporando al centro, pero sin perder la esencia de la educación que sigue siendo la misma: saber trasladar al alumno los conocimientos y que él sea capaz de adquirirlos. Asimismo, a nivel del trato profesor-alumno, también ha evolucionado, “hace 30 años el profesor era una autoridad y hoy también lo es, pero el respeto e incluso el miedo que también se podía tener a un profesor, eso afortunadamente, ha cambiado mucho y para bien. Actualmente en nuestro colegio, los alumnos si tienen un problema se dirigen al tutor, se lo cuentan con confianza, sin perder el respeto. Creo que en toda la educación en España, se ha potenciado un trato más cercano para tener un mejor proyecto educativo, para hacer mejor las cosas. Es otro modelo educativo que desde mi punto de vista es mejor, más flexible, permite al alumno una mayor confianza y eso genera un mayor interés por estar más relajado”, nos cuenta la directora del centro. De hecho, el Colegio Los Robles fue de los primeros en toda España en crear el Defensor del Alumno, una figura muy importante en el centro porque es un mediador entre profesores y alumnos. Media en los conflictos que puedan surgir en el colegio en cualquier ámbito: en tema educativo, en ocio, deportivo, incluso si cuentan algo de su familia. Desde el centro, el alumno va a encontrar el apoyo o la orientación que necesite.

Izq. y centro: Dos imágenes de las instalaciones. Dcha.: Portada de la revista Tragaluz del colegio.

Además de ser una de las primeras cooperativas educativas, fue el primer colegio en España que desarrolló el Fórum Universitario y llevan ya 25 años, “cada año convocamos del orden de 40 universidades, tanto públicas como privadas que vienen encantadas al colegio. Se acercan todos los alumnos de 4º de la ESO y por supuesto, los de 1º y 2º de Bachillerato que bajan ilusionados, recogen información y folletos para luego en casa, verlos todo con la familia”, nos cuenta emocionada la directora del centro.

Para Ana Martínez, que además de ser la directora, es profesora de Biología, esta profesión es vocacional, “este año ha sido especialmente complicado desde que iniciamos el curso con cambios constantes de protocolos, pero al final lo que se ha demostrado es que los colegios hemos estado a la altura, porque ésta es una profesión en la que no puedes estar ausente”, confiesa Ana Martínez.
En definitiva, en el colegio Los Robles, cada persona es importante, forman parte de su vida durante los años de formación y educación de esos niños, que independientemente de los resultados, que también importan, lo principal es ese trato, esa cercanía y ese sentir que el colegio dejará una huella importante en el corazón de sus alumnos.

Texto: Kathy Montero Fotos: Colegio Los Robles