Elena Rodríguez Tato / Directora de equipo Begara Luxury Real Estate

La cocina puede abrirse al resto de la casa ganando luz y fomentando la comunicación. De acero y vidrio, distribuida en línea y adosada en la pared.

Regalar el extremo del espacio a la cocina adosándola a la medianera es apostar a ganador tanto en espacio como en entrada de luz. En estos casos es recomendable distribuirla en una sola línea, donde se sitúa la zona de cocción y la de trabajo. Al quedar integrada en el salón comedor, sin ninguna frontera entre ellos, se consigue una imagen más luminosa y diáfana del espacio. Es conveniente elegir el mobiliario de diseño integral combinando, por ejemplo, acero inoxidable y cristal, si deseamos una apariencia industrial. Otro de los objetivos debe ser la funcionalidad que se consigue con un completo equipamiento.

La barra para delimitar la zona de la cocina.- Si disponemos de un generoso espacio, puede que tu deseo sea hacer de la cocina el centro de la vida doméstica. Para ello, una buena idea es elegir una marca de muebles de cocina elegantes que escondan tras sus puertas un sofisticado equipamiento. Una larga barra volada que delimite la zona de cocina y así, crear un cómodo office.

Organizada en un solo frente.- Si la vivienda es de pequeñas dimensiones, emplearemos soluciones dirigidas a optimizar el espacio. El color blanco y los armarios blancos son clave para que la cocina se integre en el estar-comedor por un lado, y para que disponga de suficiente capacidad de almacenamiento. Uno de los muros se reviste con muebles que dibujan un hueco donde alojar la campana extractora y la encimera. Incluso puedes instalar algún módulo independiente.

La luz, natural.- Una de las ventajas de las cocinas abiertas es que, de esta manera, pueden captar la luz de otros ambientes. Así, las generosas cristaleras que introducen la luminosidad en los comedores, permiten que la luz viaje hasta el último rincón de la cocina.

Es buena idea colocar el comedor perpendicular a la isla de trabajo y en paralelo al frente adosado a la pared, donde se sitúan el mobiliario integral y la zona de aguas. Puedes elegir mármol veteado para la encimera y las puertas de los armarios en blanco consiguiendo una explosión de luz.

La eficacia de una isla integrada.- Ideal para viviendas de pequeñas dimensiones y distribuida como un loft (sin tabiques), es situar la isla en paralelo a la mesa del comedor, accesible por sus cuatro costados, con la zona de cocción, la de trabajo, la de aguas y la de almacenamiento integradas en la isla procurando así una gran funcionalidad. Si eligieras el acero inoxidable, verás que aportará tensión y contraste a un ambiente dominado por la madera y el color blanco. El brillo del aluminio y el efecto espejo, provoca la multiplicación de la luz.

En forma de U.- Este caso es cuando está integrada, pero se cierra sobre sí misma, ya que la forma de U permite que el equipamiento quede oculto y se percibe como un volumen ocupando parte del espacio. La barra volada actúa de transición hacia el comedor y crea una cómoda zona de desayuno. Esta caja abierta, por un lado, ordena también la circulación en la planta.

Un diseño para la convivencia.- Tal vez nuestro deseo sea diseñar nuestra cocina para que los distintos usos domésticos convivan sin tensiones, de forma libre y organizada. Una isla a la que se adosa una mesa permite que cocinar no sea un acto aislado, alejado de las actividades que se dan en el resto de la casa. La encimera acoge las funciones de cocción y trabajo, mientras que, tras la isla, un frente de armarios con puertas correderas que van de suelo a techo, oculta los electrodomésticos y la despensa. Y como toque especial, ahora existen campanas extractoras de acero y cristal que le aportaría un toque sofisticado a tu cocina.