Blanca Esteban Luna / Seguridad Alimentaria (Asociación de Celíacos y
Sensibles al Gluten)

Según la legislación actual, Reglamento UE 828/2014, un alimento podrá llevar la mención “sin gluten” siempre que garantice que no supera los 20 mg de gluten/kg de producto final.

Cuando explicamos la legislación a los pacientes recién diagnosticados la mayoría se sorprende, ya que pensaban que un producto etiquetado con la mención “sin gluten” no podía llevar nada de gluten. Sin embargo “Gluten cero” solo lo podemos encontrar en alimentos naturales que no han sido procesados como son las frutas, verduras, hortalizas, carne, pescados, huevos, etc. que son los alimentos en los que se tiene que basar la dieta sin gluten.

No obstante, los productos considerados como básicos en la dieta de cualquier persona (pan, harina, galletas, pastas italianas, etc.), tienen que ser sustituidos, en esta dieta, por productos especiales sin gluten cuyo precio es mucho más elevado que los elaborados con cereales que contienen gluten.

En este sentido, la Asociación elabora todos los años un estudio de precios para calcular el gasto extra que supone seguir una dieta sin gluten. Según el estudio de precios del año 2025, seguir una dieta sin gluten conlleva un gasto adicional y extraordinario en la alimentación de las personas celíacas de 63,2 euros al mes, lo cual supone 758,4 euros al año.

Las personas que han de soportar estos gastos extraordinarios en España no reciben ningún tipo de bonificación ni subvención estatal, ni de otra institución pública o privada que pudiera ayudarles a hacer frente a los gastos referidos.

Solamente algunos organismos tanto públicos como privados conceden a sus trabajadores una pequeña ayuda económica, y algunas provincias y municipios a todos los celíacos, sin embargo, no se ha aprobado actualmente ningún tipo de ayuda a nivel nacional. Mientras que en la mayor parte de los países de la Unión Europea, entre ellos Austria, Italia, Irlanda, Finlandia, Francia, Noruega, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza, etc., sí se contempla dicha ayuda.

¿Y a qué se debe el incremento de precio en estos productos especiales?
• Ingredientes especiales: En lugar del trigo, cebada o centeno, se utilizan otras harinas como arroz, almendra, maíz, mijo, quinoa o trigo sarraceno, que suelen ser mucho más costosas.

• Procesamiento adicional: Las fábricas deben evitar el contacto cruzado con gluten durante todo el proceso, por lo que requieren instalaciones específicas, limpieza frecuente, controles analíticos de las materias primas y del producto final y más procesos de certificación y auditorias.

• Producción a menor escala: La demanda de productos sin gluten sigue siendo menor comparada con los convencionales, por lo que no se producen en masa. Esto limita las economías de escala que normalmente reducen los costes.

• Investigación y desarrollo: Crear productos sin gluten con buen sabor y textura requiere más pruebas y desarrollo, lo que se traduce en mayores costes y un alza del precio final.

Impacto en los consumidores
Esta diferencia de precios genera un gran impacto en los consumidores que por motivos de salud deben seguir una dieta sin gluten y hacer frente a esta diferencia de precios. Hay familias en las que hay varios miembros celíacos, y no todas pueden hacer frente al gasto extra que supone seguir una dieta sin gluten.

Posibles soluciones
Desde la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten trabajamos día a día por la normalización social de las personas celíacas y la mejora en la calidad de vida de este colectivo.
Para lograr este objetivo es fundamental la ayuda y el apoyo de instituciones y partidos políticos, por ese motivo, la Asociación sigue manteniendo encuentros con los principales partidos políticos para conseguir que se aprueben ayudas económicas directas y de esta forma puedan seguir una correcta dieta sin gluten.