Cuarenta y seis años formando parte de nuestras vidas

Hace ya diez años que nos dejó Ignacio Cabello Torrecilla, pero su personalidad sigue impregnando su restaurante, La Bodega la Salud. Amigo de sus amigos, trabajador incansable, sus hijos y su mujer continúan al frente del negocio haciendo que su esencia perdure.

Nos cuenta su mujer Capi, que se conocieron en Asturias, aunque ella es de un pueblo de Léon y él de Navalmoralejo, un pueblecito de Toledo. Era transportista, traía frutas y verduras a Madrid desde distintos puntos de España y tenía el almacén en el local donde hoy en día se ubica el restaurante para dejar la mercancía.

La casualidad fue que la furgoneta con la que hacía el reparto se averió y ahí empezó todo. Comenzó siendo el almacén de sobaos pasiegos, pan rallado y pan de molde de Laredo, pero un día, nos cuenta Capi, “nos dijo uno de Sevilla que por qué no metíamos los vinos de Montilla Moriles, que se vendían muy bien y pusimos todo de barricas de vino. Estuvimos muchos años con los vinos de Montilla Moriles y poníamos jamón, queso, chorizo a la sidra, lomo y después empezamos a meter callos, ensaladillas y todo eso”. De ahí el nombre, empezó como bodega antes de ser restaurante.
Lo que es el Camino de las Huertas, antaño hacía honor a su nombre ya que estaba toda la zona llena de huertos hasta Aravaca “estaban las lombardas allí abajo, los repollos, estaba precioso. Cuando nosotros llegamos aquí todo era campo”.

Izq.: Ignacio Cabello haciendo una parrilla de carne. Dcha.: La mujer de Ignacio Cabello, Capi, con sus hijos.

Pero poco a poco toda esa zona se empezó a construir y ahí Capi vio la oportunidad de que la bodega se convirtiese en restaurante y comenzó a ofrecer un plato del día muy barato, los obreros se acercaban a comer y la comida era buena por lo que sus jefes también se acercaban a probar el menú. “Ignacio no quería poner cocina y fui yo la que empezó a decir,- pues bueno podíamos ponerlo, mira qué cantidad de gente,- porque se ponía la barra llena, de atrás a adelante todos los días y a todas horas, era una cosa… Date cuenta que no había ningún restaurante en Pozuelo, estaba solamente el bar de Juanito y después, Casa Tere y nosotros, que abrimos el restaurante al mismo tiempo. Esto era un camino de tierra, no había nada”, nos confiesa Capi.

La Bodega la Salud se fundó en 1972, y desde entonces toda la familia ha participado. La hermana de Capi, Cuca, es actualmente la jefa en la cocina y siguen siendo famosas sus extraordinarias tortillas de patatas. Nos cuenta Juan Carlos, uno de los hijos de Ignacio, que hay gente de toda España que ha venido expresamente a comer la tortilla que prepara su tía. Una de sus señas de identidad es el trato familiar y la cocina sencilla que se elabora con un producto de alta calidad. La parrilla, con la que cuenta el local, es otra de las protagonistas, Ignacio se encargaba de la carne, una carne que viene de las tierras gallegas, asturianas y vascuences, y que preparaba de una manera excelente. Ahora su hijo Juan Carlos es quien se encarga de la parrilla con el mismo buen saber hacer que su padre.

Gran unión familiar y representación gremial
Para Juan Carlos, lo más destacable de su padre eran “las ganas de tirar para adelante con cualquier cosa que hacía. El legado que nos ha dejado es una unión familiar tremenda, la lección de que hay que trabajar para salir adelante, las cosas no vienen regaladas”. Era un hombre que no paraba quieto. Prueba de ello es que fue presidente de la Asociación Madrileña de Empresarios de Restauración (AMER) y también de la Federación Española de Hoteles y Restaurantes (FEHR). Asimismo fue presidente de la Cofradía del Ciento con la que se fundó la Escuela de Hostelería de Toledo, “él no fue profesor de la escuela, la creó, le gustaba mucho enredar, de cualquier cosa que le decías de algo bonito, le gustaba intentar hacerlo. La hostelería necesitaba seriamente buen personal, porque las escuelas de hostelería de antes, de la forma que lo estaban haciendo, no enseñaban a la gente a trabajar, enseñaban a la gente a ser estrella. Mi padre lo que hizo fue crear esta escuela de hostelería que enseñase lo que es la hostelería de verdad, que hay que trabajar, que hay que limpiar las cocinas, estar de pinche años aprendiendo los platos del restaurante y subir poco a poco, empezar desde la base”.

Izq.: La bodega en el pasado. Dcha.: Juan Carlos y su madre enseñan títulos, galardones y premios de Ignacio y del local.

Otro de los proyectos que capitaneó fueron las llamadas Cenas de la Paz. Durante cinco años sirvió la cena de Navidad a los soldados destinados en Bosnia y Afganistán. Escuchó por la radio que Marta Sánchez había ido a cantar a los militares españoles desplazados en Bosnia y se le ocurrió prepararles la cena de Navidad. “Habló con el gobierno y pusieron un avión militar. Nos llevaron a todos, hablamos con proveedores para que regalasen la comida e hicimos toda la cena gratis para todos los soldados españoles. Fuimos cuatro años a Bosnia y uno a Afganistán. La gente de la escuela de hostelería vino de voluntaria para preparar allí la cena, todo el mundo iba de manera gratuita”, nos cuenta Juan Carlos, que estuvo organizando alguno de esos viajes.

Herencia e innovación
Siguen teniendo una clientela fiel que ha visto crecer a los hijos de Ignacio y Capi y ahora ven cómo Rosa, una de las hijas, es la jefa de sala, y Juan Carlos ejerce de parrillero junto a las brasas.

Siguen juntos, con la misma esencia que tenía su padre pero también introduciendo platos nuevos sin dejar de lado su herencia. “El año pasado hicimos un cambio estético pero siempre dejando lo que tenemos, manteles de cuadros, la madera… pero algo teníamos que cambiar en la decoración que estaba un poco anticuada”.

Aquellos que quieran disfrutar de un ambiente familiar, carne excepcional y una tortilla de patatas deliciosa, no tienen más que acercarse al restaurante La Bodega La Salud sito en la calle Jesús Gil González, 36, de Pozuelo, y comprobarán de primera mano que el esfuerzo realizado todos estos años por Ignacio Cabello Torrecilla ha impregnado a esta familia que sigue con el entusiasmo de su marido y padre.

Texto: Ayer&hoy; Fotos: Restaurante bodega La Salud, Ayer&hoy