Que la madre dé el pecho al hijo siempre fue lo más natural del mundo. Hasta que en nombre de la Ciencia (no sabemos si de la Pediatría o de la Economía), dejó de serlo. Ahora, se vuelve a los inicios. El problema puede ser que, una vez más, apliquemos la Ley del Péndulo aunque sus beneficios son innumerables.

Si nos metemos en internet y escribimos “lactancia materna” nos aparecerán cientos de grupos en todo el mundo con esta finalidad. De hecho, según nos confiesan algunas de las madres con las que hemos hablado, “la mayoría de la actividad, los intercambios de conocimientos, y los avances que en este ámbito se están experimentando, se logran a través de internet y las redes sociales”.

Por eso recurrimos a la Wikipedia para que nos informe sobre este fenómeno social y encontramos lo siguiente: “Se denomina Grupos de apoyo a la lactancia materna a un movimiento social, surgido a mediados del siglo XX, formado por asociaciones que brindan apoyo a mujeres que desean amamantar. Los grupos se formaron a iniciativa de madres que consideran que si bien amamantar posee un componente fisiológico e instintivo, también requiere aprendizaje, y que, en ocasiones, las mujeres necesitan el apoyo de otras mujeres con experiencia para poder amamantar con éxito a sus hijos.

Son organizaciones de voluntariado social que desarrollan proyectos basados en grupos de ayuda mutua y ofrecen distintos servicios y actividades. Los grupos de apoyo complementan la asistencia que ofrecen los servicios de salud, cubriendo aspectos relacionados con la lactancia.

A lo largo de los años un número mayor de embarazadas, madres, padres, bebés, otros familiares y amigos han acudido a estos grupos, extendidos actualmente por todo el mundo, para hablar de lactancia, compartir experiencias y resolver dudas y dificultades. Los servicios que ofrecen incluyen reuniones periódicas, atención personalizada, teléfono de urgencias, servicio de biblioteca, material de consulta escrito y virtual, vídeos, préstamo de material específico de lactancia materna y organización de iniciativas de sensibilización social”.

El testimonio de las madres
Pero son dos mujeres, Bárbara Caminero Caña, enfermera, madre de un niño de 18 meses, y Patricia Vera, periodista y madre de un niño de 20 meses, quienes nos explican los porqués de esta “vuelta a lo natural”. Hemos quedado con ellas en un parque, mientras sus hijos corretean a nuestro alrededor.

“¿Que por qué es noticia dar el pecho al niño? Pues porque durante mucho tiempo se pensó que la leche de fórmula era mucho mejor, y que la forma de criar a los niños debía de ser algo cuadriculado, matemáticamente diseñado. A nivel de laboratorios nos han vendido tanto la moto de que la leche de fórmula era mejor que la de la madre, que al final nos lo hemos creído”, afirma Bárbara. “Pero sobre todo por la comodidad. Porque no estamos hablando solo de la lactancia, sino que ésta implica otra forma de criar al niño. Ha resultado mucho más cómodo limitarse a dar un determinado número de biberones a horarios preestablecidos, que a la vez permite que no sea sólo la madre la que lo haga, sino cualquier otra persona, como el padre o los familiares cercanos, caso de los abuelos. Y es con este sistema con lo que nuestra asociación, la mayoría de las personas que pertenecemos al grupo, no estamos de acuerdo”.

“Las leches de fórmula están para cuando se necesitan, porque hay casos, como el mío, (explica Patricia, que tiene una lactancia mixta) en la que es complementaria. De hecho hay pediatras que la defienden como un medicamento. Debe administrarse con unas pautas y no utilizarla de forma alegre, como ocurre que muchas madres van a la farmacia y compran la leche que más les llama la atención”.

Porque lo que no hay duda es que la leche que sale de la madre es la mejor. Eso es algo que no se pregunta y que los laboratorios todavía no se han atrevido a negar. El problema es cuando entra el marketing en acción.

También les preguntamos sobre la incomodidad a la hora de dar el pecho. ¿Qué es lo que hace incómodo que una madre tenga que dar el pecho a sus hijos?

Hay dos motivos y Patricia Vera apunta a ellos. “La incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar, porque en España, las bajas maternales son muy cortas. La reincorporación se realiza cuando el niño aún no ha empezado con la alimentación complementaria. Si miramos para atrás la mujer siempre ha trabajado, sobre todo las mujeres que realizaban labores en el campo; y éstas abandonaban las faenas para regresar a casa y dar de mamar al niño, se lo llevaban con ellas y lo amamantaban cuando éste lo requería. Entonces no es exactamente que la mujer se haya incorporado al trabajo, sino que se ha hecho de una forma perjudicial para todos, puesto que de la igualdad con el hombre solo se ha cogido lo que perjudica y perdiendo lo más natural de la vida.
No se puede pretender que una mujer esté entregada al trabajo en igualdad de condiciones que el hombre, fuera del hogar y viajando, y a la vez tenga que criar un niño que necesita durante mucho tiempo de la compañía de la madre. Si a esto añadimos “la modernidad”, la rentabilidad de la leche de laboratorio, y la idea de que todo lo que no es biológico es mejor, más científico y controlado, y que además nos libera del niño para que podamos trabajar, es natural que se abandone lo más pronto posible la lactancia materna. Incluso han llegado a insinuar que la leche de la madre no sirve para nada”.

Este grupo de mujeres piensa que durante muchos años “ha habido mucha comodidad por parte de las mujeres y “muchos malos consejos” por parte de los profesionales, y todo esto lo ponen en cuestión en sus reuniones, en las que cada cual aporta su experiencia y también sus problemas que, entre unos y otros intentan solucionar. “Tratamos temas y problemas que se nos plantean y que nadie, en muchos cursos oficiales que se dan, nos han hablado nunca”, afirma Patricia.

Sin embargo, hay profesionales que apoyan tanto a este grupo como al resto de mujeres, compartiendo esta idea de la lactancia natural y reivindicando una forma de criar a los niños más natural y menos como máquinas programadas.

Cada niño es diferente
Porque el segundo motivo que ha hecho incómodo dar el pecho es que cada niño es diferente y pide comer a horas distintas y en cantidades también distintas.

Muchas madres jóvenes se rebelan contra normas que no ven lógicas. Acuden al pediatra y éste puede que les dé la razón o puede que no. El buen profesional, afirman estas mujeres, debe estar comprometido con la salud. Son pediatras buenos los que lo están. Malos los que no. La lactancia materna es salud, luego el pediatra que la apoya es bueno. El que se limita a recetar leche de laboratorio y biberones, es malo. “No se puede promover una lactancia con criterios de hace 20 años, totalmente superados”, afirman.

Según Patricia, a un niño hay que darle de mamar siempre que lo pida. Y los hay que lo hacen cada media hora. Y si es de noche, como si es de día, hay que dárselo. “Solamente así puede tener lo que necesita. Unos maman más despacio, otros más deprisa, una leche es más grasa, otra menos. La única manera de saber que se está alimentando correctamente es que mame cuando tenga hambre”, comenta Patricia. Lo cual no deja de ser sumamente molesto para la madre que no tiene más remedio que mentalizarse. Y aquí entran las circunstancias familiares, sobre todo los apoyos del padre y las ayudas de los abuelos. “Es muy esclavo y es así. Pero el niño lo necesita y tiene derecho a ello. Al menos durante los tres primeros meses de vida. Según la OMS, la lactancia mínima materna debe durar seis meses. A partir de ahí llega la alimentación complementaria. Pero se recomienda que dure, como mínimo, hasta el año”, terminan afirmando estas dos mujeres, un grano de arena entre millones, que son conscientes de que son una minoría pero también de que el concepto de lactancia está cambiando y que cada vez serán más las mujeres que se unirán a las asociaciones.

Lactancia materna y artificial
En palabras de un pediatra y neonatólogo, actualmente está totalmente demostrado que la leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido no solamente por su composición, sino también por el intenso vínculo afectivo que se establece entre ella y su bebé amamantado.

Respecto a las ventajas para el bebé podemos destacar que la leche materna ha demostrado tener mejor proporción y composición que otras alternativas puesto que se adapta de forma exclusiva a cada lactante, que proporciona inmunidad que previene frente a múltiples infecciones, reduce el riesgo de padecer alergias, caries y obesidad así como la necesidad de ortodoncia y además, no sólo estimula el desarrollo emocional y afectivo del recién nacido, sino que los últimos estudios han demostrado que también mejora de forma significativa el desarrollo intelectual y visual de los niños amamantados de forma prolongada (algo que no debe extrañarnos si tenemos en cuenta que la leche humana está específicamente diseñada para satisfacer todas las necesidades del bebé humano puesto que es el fruto de miles de años de evolución y de selección natural).

Beneficios para la madre
Del mismo modo proporciona múltiples ventajas para la madre puesto que disminuye la frecuencia de anemia, sangrado y de-presión puerperal, mejora la relación afectiva con el bebé, ayuda a recuperar más rápidamente el peso previo al embarazo, e incluso algunos modernos trabajos científicos han objetivado menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario así como de osteoporosis en mujeres que han lactado de forma prolongada. A su vez tampoco debemos obviar el importante ahorro económico que supone tanto para la familia como para la sociedad y que además, no genera residuos ni consume recursos ya que no necesita fabricarse, envasarse ni transportarse.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, es obligación del personal sanitario no sólo el informar debidamente de dichos benefi-cios, sino también el estar adecuadamente formados para ser un pilar consistente en el que las madres y sus familias se puedan apoyar para obtener un adecuado asesora-miento en la resolución de los conflictos que puedan surgir en relación con la lactancia materna.

Pero, por otro lado, es prudente no ol-vidar que en los casos en los que una familia decida optar por alimentar a su bebé con leche artificial, dicha decisión merece un total respeto y deberemos también asesorar adecuadamente al respecto.

Igualmente es justo comentar que la leche artificial puede ser muy necesaria en algunos raros casos en los que realmente existe una contraindicación absoluta para la lactancia materna, así como en algunos otros en los que se precise debido a determinados condicionantes o patologías neonatales, bien de forma exclusiva o como suplemento a la lactancia materna. Además, en casos seleccionados puede también tener algunas ventajas respecto a la lactancia materna como por ejemplo la posibilidad que proporciona de que otros familiares puedan también alimentar al bebé en cualquier momento, lo que conlleva ocasionalmente una mayor flexibilidad y libertad de movimientos para la madre.

Ventajas de la lactancia materna a demanda
La lactancia materna como alimentación natural de los bebés varía en función de las necesidades de cada uno, comenta una enfermera de Pediatría. Es importante que sintonices con el niño y le des el pecho ajustándote a las señales de hambre y saciedad, pues cada niño tiene su ritmo personal. Es importante ofrecerle el pecho siempre que lo demande desde el nacimiento sin limitar la duración de las tomas.

Las ventajas que ofrece son:

  • Satisfaces las necesidades propias de cada bebé, ya que algunos necesitan mamar más a menudo.
  • El número de tomas dependerá de su etapa de crecimiento. Ya que los primeros días necesitan mamar más a menudo (incluso cada una o dos horas) y a medida que crecen irán alargando el tiempo entre tomas (puede que hasta 4 y 5 horas).
  • Al no limitar el tiempo de duración de la toma pueden mamar la leche del final, que es más nutritiva y por tanto se reflejará en el aumento de su peso. Las normas rígidas que los sanitarios daban hace unos pocos años: “Dar de mamar cada tres horas, y solo 15 minutos de cada pecho”, hicieron fracasar muchas lactancias por lo anteriormente expuesto.

Por tanto, hoy en día la lactancia a demanda es la forma natural y está avalada por un gran número de estudios. Todos los pediatras y enfermeros coinciden en esta recomendación. Cada niño tiene su ritmo de comer y de crecer.

El único inconveniente de la lactancia materna a demanda es el agotamiento de la madre durante las primeras semanas. Pero paciencia, merecerá la pena.

 

“Las lactantes deben llevar una dieta igual que todos, con límites en alcohol y tabaco”

Es importante cuidarse durante el embarazo pero una vez que nace el niño, esos cuidados que debe tener la madre no acaban ahí, sobre todo si la madre decide dar el pecho a su hijo recién nacido. Las mujeres lactantes deben llevar, igual que el resto de la población, una dieta variada y equilibrada, salvo algunas restricciones o limitaciones en sustancias como el alcohol y el tabaco. El consejo que nos da Nerea Martín Santa, graduada en Nutrición de la clínica GlobalDiet de Pozuelo es que “normalmente para las lactantes aconsejamos que racionen las comidas, que hagan entre cinco o seis al día, más que nada para no estar mucho tiempo en ayunas porque se van perdiendo bastantes calorías y bastantes nutrientes con la leche que le dan al bebé. También hay que limitar o prohibir el fumar o beber alcohol ya que alteran bastante las características organolépticas de la leche. Se recomienda sobre todo tomar pescado tres o cuatro veces a la semana, el pescado graso con omega 3 es muy importante y alimentos que aporten calcio como yogures, quesos, que sean bajos en grasas para no aumentar las cantidades en la dieta”.

La nutricionista Martín Santa no prohíbe ningún alimento a las madres lactantes, pero sí que nos dice que hay que tener cuidado con algunos que pueden alterar las características de sabor, olor e incluso densidad de la leche como pueden ser el apio, los espárragos o las alcachofas que son muy diuréticas, “no tendemos a limitar pero se recomienda a la madre que tenga muy en cuenta a la hora de dar de mamar al bebé si ha tomado alguno de ellos, a ver cómo reaccionan, porque hay bebés que reaccionan bien, otros que les da igual y otros como que ponen cara rara, entonces eso hay que tenerlo en cuenta porque si lo tolera bien no hace falta quitárselo a la dieta de la madre”. Asimismo, hay que controlar aquellos alimentos que tienden a tener algún alérgeno que pueda afectar al bebé a temprana edad como pueden ser los cacahuetes o la proteína de la leche de vaca.

La cafeína y la teína son otras de las sustancias que se tienden a limitar también por sus características organolépticas de las que estamos hablando “se está viendo que la cafeína puede llegar a la leche y alterar al bebé, crearles insomnios y alteraciones nerviosas. Se recomienda que se tome mucho antes de darle el pecho al bebé o justo después” nos comenta Nerea Martín. Por otro lado, la madre lactante tiene que estar muy hidratada ya que se pierde mucho líquido al dar el pecho, se aconseja que beba entre dos litros y dos litros y medio de agua al día.

Hay embarazadas que durante la gestación no engordan prácticamente nada pero al dar el pecho aumentan su peso más de lo debido, eso se debe a que algunas mujeres el amantar les genera más apetito, por lo que esto hay que controlarlo. Pueden realizar actividades físicas, un deporte ligero para que se mantengan activas y así controlar ese posible aumento de peso durante la lactancia.

“La leche materna nunca pierde sus propiedades, es más, mejora con el tiempo pues después de los 12 meses viene con más grasa”

Los estudios demuestran que el destete del Homo Sapiens ocurría en algún momento entre los 2 años y medio y los 7, por lo que es quizás la vida moderna, con su presión para regresar al trabajo y los prejuicios sociales los que han hecho que el amamantamiento se cortara antes. La leche materna nunca pierde sus propiedades, es más, mejora con el tiempo porque después de los 12 meses viene con más grasa, lo que significa que es mucho mejor que la leche de vaca o “de fórmula”. Cuando hablamos de leche materna estamos hablando de una sustancia viva e inteligente que por más adelantos que haga la leche de fórmula nunca podrá igualar, ya que en la leche materna aún hay propiedades que no han sido descubiertas. La leche que los adultos consumimos tiene mucho más de químicos que de alimento, con lo cual la leche materna y la lactancia sigue siendo ideal para proteger el sistema inmunológico y nutrir a un niño. Hay muchos descubrimientos científicos, como se indica desde el portal chiquitosybebes.com sobre la lactancia que día a día nos hacen optar por la leche materna en detrimento de las fórmulas. Existe en ella un oligosacárido que tiene beneficios sobre las capacidades de aprender y recordar. Se trata del 2′-fucosyllactose (2F), que fortalece la potenciación en el largo plazo en el hipocampo. Otro estudio ha encontrado que dar el pecho al recién nacido reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad. Ello se debe a una hormona que regula el metabolismo del bebé: la hormona FGF21. Tiene un papel clave para la absorción de nutrientes y la regulación de la función intestinal en los recién nacidos. Se ha comprobado que mejora el perfil metabólico y el crecimiento en un 25% comparado a los bebés que no la ingieren. La leche materna también combate la inflamación y la infección dada la gran cantidad de moléculas bioactivas (SPM: mediadoras especializadas pro-resolución). Estas moléculas favorecen la cicatrización, luchan contra el dolor y actúan como desinflamantes.

Texto: Ayer&hoy
Fotos: Ayer&hoy, Pixabay