Siempre elegante, con ese bombín típico de Madrid y ese chaleco tan castizo, Luis Livingstone sigue subiéndose a un escenario a darlo todo para su público. Compagina su vida artística con el servicio a su país. Un país que adora y al que le dedicó una canción que emociona cada vez que la escuchas. Después de un año de sequía de conciertos, comienza una gira con otros grandes artistas con El Último Aplauso que arranca en Madrid pero que visitará Marbella, Valencia, Oviedo, Pamplona y Córdoba entre otras ciudades españolas.

“Soy un tío con suerte, con muchísima suerte en la vida”

Pregunta.- De Luis Livingstone conocemos más tu faceta de artista pero cuéntanos ¿cómo ingresas en el Ejército?
R.- La historia es que estaba estudiando en EEUU cuando me pilló fuera de plazo la prórroga por estudios a los 17 años y, al volver de Ucla, tuve que ir directamente a la mili. Por mi quinta me tocó en Tenerife y antes, en la mili, llegaban a los cuarteles para hacer captación el tercio de la Legión, la Brigada Paracaidista y el GOES.

Los del tercio y el GOES no me convencieron pero cuando llegaron los paracaidistas, llenos de medallas, me gustaron, además volvía a Madrid, mi ciudad pero tenía que hacer 18 meses en vez de 12. Esa noche estábamos en formación de retreta, que es cuando pasan lista. Como era en los primeros días, todos teníamos un número asignado en lugar de pasar la lista con los nombres y yo estaba pensando si me iba a Madrid con los paracaidistas, o me quedaba en Tenerife. Gritaron mi número unas tres veces, cuando me di cuenta, el sargento estaba pidiendo la lista al cabo que no sabía dónde la había puesto y, como soy un tío con suerte, con muchísima suerte en la vida, dijo “mi sargento el 125 se ha ido voluntario a la Brigada Paracaidista”. Esa misma noche me fui al barracón de la Bripac y al día siguiente embarcamos hacia Cádiz, de ahí a Alcantarilla y finalmente a Alcalá de Henares.

Hice los 18 meses y aprendí muchas cosas por lo que me reenganché otras dos veces más. Después de llevar casi cinco años mi padre me dijo que me fuese, bien a la academia militar o a la universidad, pero en ese momento yo ya estaba empezando a tocar, había conocido por medio de uno que trabajaba en el cuartel a Javi, hermano de Ana Torroja , hicimos un grupo y ensayábamos por las tardes. En el 2005 salió la figura de reservista voluntario, que era como una oposición para estar en el ejército hasta cinco meses al año, me apunté y los meses que no tengo giras sigo ligado al Ejército de Tierra.

P.- ¿Cómo empieza tu relación con la música?
R.- En Cercedilla, donde iba a veranear con mis padres, resulta que un año mis vecinos se compraron una guitarra, solían tocar Clavelitos y yo decía “es la leche”. Mis padres me compraron una guitarra, pero en vez de ir a clases de guitarra porque no me apetecía, empecé con un libro a aprender yo solo, me hacía mis propias canciones. Y así fue como empecé. Cuando salí del ejército ya había formado con amigos, un grupo de música y tuve la suerte, porque soy un tío con suerte como te he dicho, que nos fichó Dró que era la compañía que tenía todos los grupos españoles de la época: Gabinete Galigari, Nacha Pop, Los Hombres G, Dunca Dhu… y desde entonces hasta ahora.

P.- ¿Recuerdas cómo fue la grabación del primer disco?
R.- Sí, terrorífica porque éramos unos niños y daba miedo porque los estudios eran muy espectaculares. La diferencia de antes a ahora es que antes era muy complicado grabar un disco. En Dró había como dos divisiones. La segunda división, según entrabas, tenías que hacer un disco de seis canciones en siete días. Yo siempre he compuesto todo. Si ese disco vendía más de diez mil, que era una venta razonable, pasabas a primera división y ahí ya no había límite, podías hacer los discos que quisieras, tenías promoción…. Nosotros tuvimos mucha suerte porque en una semana habíamos vendido todo, fuimos número 1 en 40 principales con ‘Una Chica Formal’ que fue el primer single que sacamos.

P.- ¿Cómo recuerdas esa época dorada del pop de los 80/90?
R.- Pues dorada, fue una buena época. Hemos vivido lo que se llama la generación de oro del pop español, el sueño de todo adolescente: ligabas, todo el día de fiesta, no tenías que madrugar, tenías dinero…. Los managers sabían muy bien como tenerte contento para que no dieras ningún problema, pero claro no pensabas en el futuro. Profesionalmente es mucho mejor esta época, ganamos más dinero.

P.- ¿Qué fue para ti hacer ‘Yo soy de aquí’?
R.- La canción de mi vida. Nace del concierto de Bruce Springsteen que fui a ver al Calderón. Cuando cantó ‘Born in the USA’ y dos tíos desplegaron una bandera de Estado Unidos, todos los que fuimos nos pusimos como locos, como si fuésemos del mismísimo Wisconsin y me dije, “yo quiero hacer eso”. Hablando con mi amigo el teniente coronel Pita me animó a hacerlo y dando un paseo por Fuencarral me vino la canción. Fue como un bofetón, hasta tal punto que volví al bar donde estábamos y les pedí un papel para escribir la canción.

El primer día que la estrenamos que fue en el teatro Capital en Madrid, no había visto el audiovisual que habían preparado y cuando miré hacia atrás y vi una bandera de España, casi no pude acabar de cantar la canción de la emoción. La canté hace dos años el 12 de octubre en la Plaza de Cataluña y eso fue bestial.

P.- ¿Cómo acabaste haciendo parte de la banda sonora de “Sexo en Nueva York”?
R.- Porque soy un tío con suerte (risas). Estaba en mi casa y me llaman al teléfono un tío cubano: “le llamo desde Miami, soy de la discográfica Lideres que hemos sacado un disco recopilatorio con una canción suya de Dr. Lisvingstone y teníamos aquí la duda de si poníamos Luis Núñez Olalla que es como hemos visto que se llama usted o su pseudónimo” “No, ponerme Luis Livingstone”. “Mire es que yo aquí muevo canciones si me envía música aquí, se la podría mover. Apunte usted mi dirección”. Dio la casualidad, porque soy un tío con suerte, que tenía delante de mí un papel y un boli, lo apunté y tenía encima de la mesa un Cd con una demo de música nueva, un sobre y sellos. Lo metí y enfrente de mi casa tenía un buzón. Lo envié y me olvidé. Pasa el tiempo y me llaman de la Sociedad de Autores y me dicen que les ha llegado un pastón a mi nombre por unas canciones de Sexo en Nueva York. Yo ni me acordaba del cd, ni del señor. Así que tengo 14 canciones en 20 episodios de las seis temporadas y en las dos películas. Le llamé para darle las gracias, de hecho hace poco le he enviado canciones para la serie Hawai 5.0.

P.- ¿Cómo está ahora Dr. Livingstone, supongo?
R.- Mejor que nunca, mejor que en el año 89 y ahora con mis chicas. Como soy un tío con suerte, cambié de manager y ahora estoy con César Zappa que lleva la única gira de este año. Encajé perfectamente con el promotor Ramón Viyella y estamos preparando El Último Aplauso, un concierto solidario que comienza en Madrid el 28 y 29 de mayo en el WiZink Center. Estoy preparando un concierto que va a ser la leche con los audiovisuales.

Texto: Kathy Montero Fotos: Luis Livingstone