Las competiciones de arte formaron parte de los Juegos Olímpicos desde 1912 a 1948. Estas competiciones constituían parte de las intenciones del fundador de los Juegos Olímpicos modernos, Pierre de Coubertin, y consistían en la creación de obras inspiradas en el deporte. Estaban divididas en cinco categorías: arquitectura, literatura, música, pintura y escultura. En un principio, estas disciplinas eran generales, pero después se dividieron a su vez en categorías específicas como drama, lírica o épica en literatura; música orquestal o instrumental, canto en solitario o en coro; dibujo, artes gráficas y cuadros; estatuas, relieves, medallas, placas y medallones. Incluso la arquitectura entró en el programa, con una categoría dedicada al urbanismo. Como curiosidad, algunas de estas medallas no se entregaron. Si los jueces no se veían capaces de declarar un ganador, solo entregaban una medalla de bronce. Las competiciones artísticas fueron abandonadas en 1954. Tras un acalorado debate, se decidió que después de tres décadas y ciento cincuenta y una medallas entregadas, las competiciones artísticas se cancelarían y se reemplazarían emplazados por una exhibición no competitiva que se conocería como la Olimpiada Cultural.