La tortilla, que de francesa no tiene nada y su procedencia por la simplicidad de ingredientes y preparación es casi tan antigua como la humanidad, debe su origen seguramente a la prehistoria. Es decir, allí donde había huevos, fuese de gallina u otra especie, ha habido materia prima para elaborar una tortilla, por lo que, no tiene un origen especifico en patria alguna. Pero si hablamos del origen de la expresión “tortilla francesa”, una leyenda popular cuenta que el origen se encuentra en España, concretamente en la provincia de Cádiz, cuando durante el asedio de los franceses en 1810 provocó la escasez de alimentos. Muchos, la mayoría, disponían en sus casas de alguna gallina, lo que les hizo tener que cocinar tortillas sencillas y sin nada de relleno. Esto provocó más adelante que, en época de crisis para comprar alimentos, se recurriera a la tortilla “de cuando los franceses”, término que con los años pasaría a convertirse en “a la francesa” o simplemente “francesa” para distinguirla de la de patatas, es decir, la “española”. Pero esto es una simple leyenda, ya que unos años antes del asedio francés, Alexander Hunter en York (Inglaterra), publicaba el recetario Culina Famulatrix Medicinae, donde se incluía la receta de “A French Omelette”, lo que hace suponer que el apelativo de “francesa” se lo pusieron los ingleses a finales del siglo XVIII.