El alcalde de Boadilla del Monte, Javier Úbeda, ha remitido un escrito al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para solicitar algunas medidas que ayuden a sobrellevar mejor la situación que estamos viviendo como consecuencia de la declaración del estado de alarma y la crisis económica que muchos vecinos están sufriendo.

En este sentido, ha reiterado la petición, que en varias ocasiones ha hecho Boadilla a distintos gobiernos de la Nación, de que  se autorice a los ayuntamientos que lo deseen y cumplan determinados requisitos (no tener deuda ni déficit, haber generado superávit durante varios años consecutivos y pagar a sus proveedores en el plazo legal estipulado), como es el caso de Boadilla, a bajar el tipo de gravamen del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) más allá del mínimo que, en la actualidad, se encuentra establecido en la Ley de Haciendas Locales.

Los datos del Ministerio de Hacienda indican que las corporaciones locales son las más saneadas económicamente y, según Úbeda, deben tener la posibilidad de hacer uso de ese dinero para paliar las consecuencias económicas que el COVID-19 está provocando en cada municipio.

A juicio del Alcalde, esta medida ayudará a que los ayuntamientos de España hagan un uso responsable de los recursos económicos, destinándolos a fines necesarios y solicitados por los vecinos, a la vez que verán recompensada una gestión eficiente y prudente.

En relación a los decretos de movilidad, el Alcalde solicita a Pedro Sánchez que se revisen dos criterios que afectan a las salidas para dar paseos o hacer deporte y que están causando malestar entre los vecinos. En primer lugar, pide que se permita que todos los miembros de una misma familia puedan salir juntos a la calle, dado que conviven todo el día en la misma vivienda y no es lógico impedir que puedan hacerlo en sus salidas. Según Úbeda, esta medida ayudaría además a controlar mejor a los niños en un momento en que hay que extremar los cuidados.

En segundo lugar, el Alcalde pide que se elimine la medida que impone franjas horarias para regular las salidas de la población ya que, lejos de contribuir a una mejor distribución, provoca más concentración de personas en determinados momentos, lo que dificulta mantener las distancias de seguridad.