El inicio de la actividad después de las fiestas navideñas se debe retomar con cuidado y controlando los excesos. El cuerpo se ha habituado a comer y beber más de la cuenta por lo que es el momento de la “desintoxicación”.
Para ello volveremos a la comida ligera con lo que en una semana volveremos a sentirnos más ‘ligeros’. Y ese es el momento de la vuelta al ejercicio pero hay que tomársela con calma y no intentar recuperar en dos sesiones lo que hemos perdido en estas dos semanas. Debemos comenzar suave, readaptándonos y de modo progresivo. De este modo volveremos a tener esas sensaciones tan positivas.
Así que para recuperar la forma que teníamos antes nos prepararemos una especie de miniplan para ponernos a tono rápidamente y no deambular durante los partidos.
Como hemos indicado antes lo primero es volver a una alimentación decente sustituyendo los polvorones por los plátanos y el roscón por las acelgas. La alimentación en el pádel es muy importante. Por eso debemos volver a una dieta sana controlando las grasas y el azúcar.
Esto no significa dejar de comer sino aumentar la comida sana con respecto a estas dos semanas de comer sin control.
Podemos empezar retomando el running, algo que siempre nos irá bien, pues aunque jugar al pádel implique un desgaste físico concreto, y una preparación diferente que al del running, salir a correr un par de días a la semana ayuda a empezar a coger la forma y ayuda a recuperar el ritmo de las piernas, sobre todo si está bien coordinado con estiramientos y ejercicios específicos para fortalecerlas.
El segundo punto es disputar partidos de bajo nivel porque, además de recuperar la forma física, lo que realmente toca es volver a coger la pala y recuperar un poco el ambiente padelero. Para eso, es interesante quedar con algún amigo que esté empezando o que no vaya a exigirme mucho para echar unas bolas. Un par de horas jugando con una pareja de nivel inferior nos ayuda a retomar el ritmo de manera progresiva.
No olvidemos tampoco que en el pádel, como en cualquier otra disciplina deportiva que requiera esfuerzo físico, es necesario efectuar una serie de ejercicios de calentamiento antes de comenzar un partido.
Habitualmente, se realiza primero un calentamiento general de unos 10 minutos (trotes, carreras laterales, estiramientos…), que incluye todos los grupos musculares; después se hace un calentamiento más específico del deporte en cuestión, en este caso el pádel, dentro de la pista. Aquí cobra importancia el peloteo inicial entre los jugadores, que es una parte bastante relevante para el desarrollo posterior del encuentro, puesto que ayuda a conseguir un mejor rendimiento en el juego.
Pero ojo, no nos pongamos nerviosos si algo no nos sale bien. Por mucho que golpeemos la pala tras fallar tu enésimo golpe, no es la pala, eres tú. Es habitual echar la culpa a la pala, la pista, las zapatillas, el compañero o cualquier elemento externo a nosotros mismos, pero lo normal es que la culpa sea nuestra.
Es normal haber perdido técnica o tender al muñequeo pues el pádel es un deporte de repetición y tras estar tantos días sin coger la pala nuestros golpes no serán los más correctos. Esfuérzate por hacer las cosas bien, pon especial atención en la técnica y con el paso de los partidos todo volverá a su cauce.
Finalmente podemos plantearnos aprovechar este inicio de nuevo año y el pequeño parón para dar un puñado de clases de pádel, algo que siempre nos puede venir bien, y puede ser una manera interesante para volver a meterse en una pista.