La necesidad de que las empresas pudieran acceder a unos buenos productos relacionados con la seguridad en el trabajo fue lo que a Javier Arias Escandel le llevó, hace 35 años, a iniciar un negocio propio junto a su mujer Mª Carmen Mota Lucas. La ventaja de Javier Arias, que venía de trabajar en grandes multinacionales, es que su mujer ya trabajaba en este sector de la protección laboral, “quería hacer algo de nuestra cosecha, estaba un poco cansado de la gran empresa y entendimos que era un buen mecanismo para empezar una nueva actividad. Además, al ser la protección laboral obligatoria por ley, de alguna manera te garantiza un futuro más o menos estable aunque después hay que trabajar mucho, esto no se hace de otra manera nada más que trabajando. A partir de ahí lo montamos en 1986”, cuenta Javier.

Al principio comenzaron en una pequeña oficina en la calle Radio Peninsular en Boadilla pero a los dos años se trasladaron a la ubicación actual, en la avenida Adolfo Suárez número 1 y se vinieron a vivir a Boadilla. Les gustó el municipio, que por aquel entonces tenía todavía ese sabor a pueblo pero Javier intuyó que, en algún momento, tendría que desarrollarse al igual que lo estaban haciendo las localidades de alrededor y así fue, dice Javier, “Boadilla ha crecido espectacularmente bien, eso hay que reconocerlo y, hoy por hoy, entiendo que en Boadilla se vive de maravilla y ha tenido un crecimiento muy positivo”.

Izq.: Zona de exposición del establecimiento. Dcha.: Javier Arias y Mª Carmen Mota, en el interior de la tienda. 

Al preguntarle por el nombre del negocio WTC Suministros Industriales se sonríe porque es un nombre que se le ocurrió mucho antes de montar la empresa en un viaje de trabajo a Estados Unidos “me dije si algún día monto una empresa pondré este nombre. Simplemente me gustó, son unas siglas que no tienen nada que ver con esto”. Lo que también le gusta de su trabajo es la parte comercial, la relación con los clientes, “soy mentalmente y profesionalmente comercial pero es verdad que al ser un sector que yo no conocía, tuve que aprenderlo ya que el mundo de las certificaciones europeas varían constantemente y no hay posibilidad de dormirse porque sacan casi todas las semanas certificaciones de productos nuevos o de modificaciones de certificaciones anteriores. No hay manera de aburrirse, tienes que estar muy al día de todas las certificaciones porque la mayoría de las empresas no las conocen y tienes que darles asesoramiento en cuanto a qué productos tienen que utilizar en cada caso”, explica Javier Arias.

En la tienda podemos encontrar productos de protección de todo tipo desde calzado de seguridad, vestuario laboral, anti caídas, protección respiratoria, protección de la cabeza como son los cascos, gafas hasta protección auditiva, todo lo que es protección laboral. Es un mundo muy amplio, certificado por la Unión Europea y eso da una garantía de cara al cliente.

Pero en esta aventura, como bien hemos dicho antes, Javier no está sólo sino con su mujer Mª Carmen que ha sido esencial para llegar a lo que son ahora después de 35 años. Para Javier trabajar con Mª Carmen es “muy divertido. La verdad es que ella es la que conocía el sector y evidentemente yo soy comercial e hicimos un tándem bastante bueno. Es una persona muy, muy profesional, detallista, que se vuelca con los clientes de una manera absoluta y eso hace que yo pueda trabajar en la calle con mucha más tranquilidad porque el ámbito interno de la empresa, contabilidad, pagos, cobros, lo llevaba ella” explica orgulloso Javier.

Ese tándem ha dado como resultado un negocio que continúa su andadura profesional con empresas que llevan con ellos desde el principio, “tenemos clientes que llevan con nosotros desde el primer día y eso es muy bonito. Esa confianza que el cliente nos deposita, por la razón que sea: por atención, por calidad, por precio o por un conjunto de todo, es una gran satisfacción para nosotros. Pero además nuestros propios clientes nos recomiendan a otras empresas y para mí eso es de una confianza impresionante, es maravilloso” cuenta Javier.

Varias fotos de escaparate y fachada de WTC suministros industriales.

El gran trabajo que han hecho y hacen Javier y Mª Carmen sigue su curso porque sus hijas Enma y Virginia están recogiendo el testigo que, poco a poco, les ceden sus padres. La menor, Enma, lleva ya ocho años con ellos en el negocio y la mayor se ha incorporado definitivamente hace poco tiempo.

Javier y Mª Carmen entienden que tienen que dejar su legado, “estamos muy contentos porque montar una empresa desde cero a llegar a estar donde estamos, es muy difícil, dificilísimo, esto es una dedicación a tiempo completo, aquí no hay horas por eso es un orgullo para nosotros que se encuentren con una empresa muy estable. Lógicamente el relevo hay que darlo y de hecho, se está dando ahora mismo. Ahora son ellas las que tienen que llevar la empresa y esto no se hace estando yo todos los días aquí. Ellas son las que tienen que asumir los riesgos que una empresa conlleva como que el proveedor no tenga stock, que el transportista se retrase o que el cliente se demore en el pago. Hay muchos riesgos que tienes que ir salvando día a día, esto no es una cuestión que se pueda predecir ni mucho menos. Esto es el día a día de un negocio y sobre todo, de un negocio pequeño”.

A buen seguro que Enma y Virginia seguirán con el buen hacer del negocio de sus padres ya que han tenido los mejores referentes tanto a nivel profesional como personal y eso ha quedado más que demostrado en la fidelidad que sus clientes, después de 35 años, siguen demostrando, no sólo a WTC Suministros Industriales, sino a Javier Arias y a Mª Carmen Mota.

Texto y fotos: Ayer&hoy