El oído juega un papel importantísimo en la experiencia del espacio. Al silencio y la calma que procura un buen aislamiento acústico debes añadir el equilibrio que regalan algunos sonidos beneficiosos para la salud. En este artículo te cuento como como sucede.
El sonido, herramienta de la arquitectura saludable
Experimentamos el sonido con los cinco sentidos, por eso es un error olvidar el sonido como un recurso más de la arquitectura. No es un invento nuevo. La Alhambra es un ejemplo magnífico de su uso para lograr una sinfonía perfecta en el proyecto: fuentes, surtidores, arroyos, flores, bosque. Un espacio en el que ha sido estudiado con el mismo cuidado que los materiales, las entradas de luz o el mobiliario ayuda a concentrarse mejor, hace más fácil el aprendizaje, e incluso, favorece la creatividad. Los terapeutas del sonido consideran que hay una resonancia natural o una nota que es la correcta para cada parte del cuerpo humano, con lo que dirigir las ondas sonoras de un espacio pensando en su efecto sobre los distintos órganos restaura el equilibrio y, con ellos, nuestra salud.
• Espacios aliados, techos, paredes, cubierta y ventanas son “coladeros” de ruido y hay que tratar de amortiguar su entrada. El mobiliario tapizado ayuda a reducir decibelios.
• Enemigos del ruido: el fieltro, la lana, los pavimentos flotantes y unas ventanas eficaces contribuyen eficazmente a aplacar los sonidos nocivos para la salud y disfrutar de un interior relajante en casa.
• Vivir sin ruido: las ventajas de un aislamiento eficaz. El primer paso para que una casa sea relajante es aislarla de ruidos molestos del entorno. Por eso, es imprescindible protegerla con la ayuda de los profesionales, incidiendo en la estructura del espacio mediante paneles acústicos, refuerzos de lana tras los revestimientos, dobles cristales y carpinterías eficaces en ventanas; todo para garantizar la tranquilidad y, de paso, no molestar con ruidos internos a los vecinos en caso de viviendas colectivas. Superar los 20 decibelios es peligroso para la salud y está contemplado en la normativa del código de la edificación para garantizar la calidad de vida.
• El agua beneficia: solo su visión reconforta y es materializada de la arquitectura. Está demostrado que su sonido, natural de mar o río, o de fuentes y surtidores, tienen un efecto inmediato sobre la salud.
• Entorno natural: las hojas que bailan con la brisa o el suave murmullo de las ramas es una banda sonora perfecta para recuperar la calma. En la ciudad, la incorporación de plantas en terrazas y patios ayuda mucho.
• Calma total: en un entorno urbano los patios interiores cumplen una misión valiosa como defensa del ruido exterior. Si, además, incorporan vegetación, el aislamiento será más eficaz.
• Vibración apacible: el canto de los pájaros incorpora una vibración agradable en el espacio doméstico. Lo ideal es que canten en un contexto natural. Si viven dentro, con mimo y con espacio.
Decorar con sonido: claves del interiorismo emocional
Los expertos dicen que debemos aprender a apreciar los sonidos que nos rodean y determinan cuáles nos hacen sentir bien o mal. Es un medio efectivo para alterar los campos electromagnéticos de un espacio, tanto que con su ayuda se pueden aliviar dolores o acelerar el proceso de recuperación de una enfermedad. La terapia de sonido puede alterar la frecuencia de las ondas cerebrales, arrastrando a las que son armónicas a través de sus vibraciones rítmicas equilibrando los dos hemisferios del cerebro para lograr un estado mental y emocional en paz. Por eso, saber combinar sonidos en un interior es fundamental para asegurarnos una vida más saludable.