Irene Valverde García / Entrenadora y responsable de prensa del Fénix Basket Club

El papel del deporte en el ámbito formativo, en la educación y en el crecimiento de la sociedad es fundamental. El deporte es una expresión más de nuestra comunidad, que, a diferencia de otras, nos atrapa en una filosofía sana que permite movilizar la conciencia y crecer a nivel personal.

La cantera es la transmisión de valores y la formación de las personas que se introducen en el deporte, más adelante son los encargados de transmitir sus experiencias a otros jugadores, y posteriormente como entrenadores, a lo que les seguirá su paso como aficionados en su vida cotidiana, que permitirá el uso de lo aprendido en el deporte para la vida.

Es por ello, que hay que esforzarse en la educación y formación de jugadores desde las más tempranas edades. Veamos el ejemplo del baloncesto, ¿qué valores puede transmitir este deporte?
El compromiso al introducirse en un deporte de equipo es destacable, la disciplina deportiva que se adquiere yendo a cada entrenamiento, y a cada partido hace valer la importancia de ser constante para con el equipo del que se forma parte. En los adolescentes se produce el despertar de la personalidad, y muchas veces estos jóvenes en formación se ven influenciados por estilos de vida menos saludables; al formar parte de un equipo, esos hábitos insalubres pueden prevenirse con una disciplina deportiva en la que, a partir de cierta hora, el jugador deberá estar pendiente de llegar puntual a su convocatoria para entrenar y así poder competir el fin de semana en el partido. Este compromiso o disciplina no la adquieren solo los jugadores, sino que se hace partícipes a las familias de las que estos dependen, así, el entendimiento temprano de este tipo de ideas, facilitará la asunción del papel responsable de cada jugador. El error es formativo, ganar o perder un partido no debe ser el objetivo final de practicar baloncesto, sino aprender y llegar a la meta habiendo tenido un camino enriquecedor. Llorar por perder un partido es bueno, no pasa nada por sufrir algo que se quería, pero que no se ha podido conseguir. Para lograr objetivos, hay que trabajar, y esa idea es necesaria trabajarla desde la cantera. Aprender algo no siempre tiene por qué ser divertido, para poder asentar los conocimientos hace falta repetición y constancia, en ocasiones hay que trabajar concentrado/a en aquellas cosas que, a pesar de no ser lúdicas, son importantes para el crecimiento, así se desarrolla la autodisciplina.

Por supuesto, el trabajo en equipo es un valor fundamental de este deporte en el que claramente se puede combatir el individualismo y el egoísmo potenciando la práctica solidaria. En el baloncesto hay cinco jugadores en pista, atacando y defendiendo, pero no podrán hacerlo solos, deberán contar con la ayuda de su banquillo, de su entrenador, y del equipo técnico del mismo. Saber cuándo descansar, cuándo continuar para poder ayudar al colectivo, son valores que tendrán que ir aprendiendo los jugadores según vayan adquiriendo mayor edad.

Por último, destacar el respeto. Qué importante es que los entrenadores emprendan actividades formativas con su equipo para aprender a respetar en el deporte. Primeramente, a ellos mismos, ayudados del error, deberá darse importancia a autorrespetarse, que no pasa nada por hacer las cosas de manera imperfecta, que prima el aprendizaje sobre el fallo.

En resumen, el deporte es una actividad formativa, de la que podemos disfrutar desde diferentes perspectivas, aprendiendo y compartiendo con nuestros compañeros y compañeras haciendo partícipes a todo el entorno.