Por desgracia para el viajero (y también para todos aquellos que viven del sector de la hostelería y el ocio) vivimos tiempos difíciles. Pero no por ello hemos de renunciar a pequeños caprichos. A veces ponemos los ojos en destinos lejanos y deslumbrantes cuando muy cerca tenemos otros que pueden resultar tan atractivos como apasionantes. Por ello en esta ocasión vamos mostrar una ruta tranquila alejada de las grandes ciudades y con pocas obras arquitectónicas.
Estamos hablando de Riópar, un pequeño pueblo de Albacete ideal para descansar un fin de semana, acercarse a la Naturaleza y descubrir un sinfín de lugares interesantes. La villa se divide en Riópar Viejo y Riópar Nuevo y en su momento fue poblado por romanos, visigodos, islámicos y castellanos. Lógicamente quedan vestigios de estas civilizaciones, como el Tesorillo de Riópar, un tesoro romano formado por 364 monedas. Pero sobre todo en estos momentos Riópar ha cogido su fama gracias al más que conocido nacimiento del río Mundo. Para llegar a dicho nacimiento debemos desplazarnos en coche, aunque también puede hacerse en bicicleta, aunque la carretera tiene pendientes pronunciadas. El Nacimiento del río Mundo se encuentra enclavado en el Parque Natural Los Calares del Mundo y de la Sima. En el Paraje de los Chorros, es donde nace el Mundo. A lo largo de numerosas galerías y cuevas interiores el agua fluye hasta salir por la Cueva de los Chorros, donde el agua se despeña por las paredes rocosas verticales en una serie de saltos y cascadas de más de 80 metros de altura, formando en su descenso nuevas cataratas de menor tamaño, hasta que el río Mundo se calma en una serie de pozas en las altitudes inferiores. Pero si hay una época del año en la que debemos acercarnos, es en época de lluvias, ya que es cuando sucede un fenómeno natural único conocido como “El Reventón”. Este fenómeno, que atrae a cientos de científicos, consiste en un aumento súbito del caudal de los 50 litros por segundo que es el normal a una cantidad mil veces mayor en caída desde la cueva de los Chorros. Los últimos estudios han demostrado que en el interior de la cueva existe una laguna donde se va acumulando el agua de lluvia que se filtra por la tierra, este agua se acumula hasta llenar un sifón inverso. Cuando se acumula la suficiente cantidad o la presión aumenta, el agua asciende por el sifón y sale disparada hacia el exterior de la cueva. Se trata además de un proceso físico tan único e impredecible que hace que nunca se pueda saber cuándo va a ocurrir el próximo reventón.
Después de ver el nacimiento del río Mundo y el río en sí, es hora de recorrer el nuevo Riópar nacido en el año 1772, gracias a las fábricas de bronce y metalúrgicas que impulsó el rey Carlos III. Estas le dieron un gran empuje a la economía de la villa, pues allí se construyó la primera fábrica de producción de latón de España. Ahora se puede visitar el Museo Fábricas de San Juan de Alcaraz, en donde podemos ver todo lo relacionado con estas fábricas que cerraron definitivamente, tras una larga decadencia, en 1996.
De visita obligada: Riópar Viejo
Riópar Viejo es en estos momentos una pedanía dedicada exclusivamente para alojar turistas. En 1995 la población quedó prácticamente despoblada pues en 1999 tuvo dos habitantes y cuatro en el 2000. Muchas de sus casas son originales de su época, construidas con cal y canto, mientras que otras son nuevas aunque mantienen el mismo estilo. Riópar Viejo está dominado por el Castillo de Riópar, del cual quedan en pie cinco torres y, aunque no se puede visitar su interior (en el cual, por cierto, no hay nada), sí que pueden obtener bonitas fotografías del exterior y de las hermosas vistas que desde él se obtienen de la población. La iglesia del Espíritu Santo es el patrimonio más antiguo de Riópar. Fue construida en el siglo XV con un estilo gótico y una estructura rectangular. Hace unos años se descubrieron en su altar antiguos frescos que todavía se están analizando y ha sido catalogada como Bien de Interés Cultural. Finalmente en un extremo del pueblo se encuentra el Mirador de Riópar Viejo. Desde él se observan las sierras de la comarca y en tiempos de tormentas se produce un fenómeno especial por ser una zona donde se forman espectaculares cúmulos nubosos. Además en la noche el firmamento se ve invadido por millones de estrellas siendo realmente espectacular sobre todo si es época de estrellas fugaces.