Elena Rodríguez Tato / Directora de equipo
Begara Luxury Real Estate

Cierto es que, a pesar de gozar de un envidiable clima durante todo el año, dejamos en barbecho nuestros balcones, porches y terrazas, siendo éstos, unos espacios que valen la pena sacar partido.

El buen tiempo es una eficaz medicina. No en vano el sol, en dosis controladas, resulta un estupendo bálsamo para los huesos y para el ánimo. Con todas esas bondades nos llega cada año este momento feliz preludio del verano, en el que lo cotidiano se tiñe con la ilusión por la cercanía de los días de descanso, en los que la casa se desentumece de meses de calefacción, de pocas horas de sol y hermetismo.

En este artículo vamos a dedicarlo al cambio que experimenta la casa en esta época y a los espacios que recuperamos y, que en invierno, teníamos bastante olvidados, como balcones, porches y terrazas.

Comedores al aire libre: el salón de verano
Crear un espacio apetecible, cálido y confortable es el sueño de cualquiera de nosotros. Nuestra terraza podemos convertirla en un pequeño paraíso presidido por una vegetación en explosión, que recuerda atardeceres e incluso es posible teñirla de perfume a mar.

Muchas veces se trata de crear un espacio para gozar de intimidad en un ambiente cálido y acogedor. Es fundamental elegir una vegetación apropiada para nuestro clima. Una brillante opción son los cipreses, tuyas, hiedras y palmeras enanas, además de ofrecer una sutil gama cromática de verdes, otra de las ventajas de estos espacios es que se puede controlar su crecimiento.

En cuanto al mobiliario, opta por piezas cuyo material sea resistente a los rayos solares y la humedad.

Para los pavimentos, la tarima natural, de cáscara de arroz, tiene un tacto y apariencia similar a la madera, con la ventaja que no necesita apenas mantenimiento ni se calienta como las sintéticas.

El diseño exterior obliga a estar atento a muchos factores si queremos que nuestro pequeño santuario y refugio de estío sea perdurable en el tiempo.

Los comedores al aire libre son espacios exteriores que podemos amueblar con piezas de distintos estilos y materiales, pero siempre piensa que sean resistentes a las inclemencias climáticas.

Los materiales plásticos, derivados del petróleo, en cierta manera son más ecológicos que los de madera porque no merman los bosques, y si lo que necesitas es un espacio que crezca y disminuya según tus necesidades, las sillas y muchos muebles de plástico tienen la ventaja de ser apilables y hoy están alejados del anodino diseño de antaño y, en el mercado, los puedes encontrar en una gran variedad de colores y texturas.

Los muebles ligeros son tendencia
Mientras que para las mesas es deseable cierta robustez, parece que la tendencia en el diseño de sillas es dotarlas de una ligereza que las haga perfectamente movibles de un lado para otro.

A pesar de las maravillas de este tipo de mueble que combina materiales como el plástico, el aluminio y la madera, seduce el romanticismo y la eternidad muebles de filigrana de artesanía. Se puede unir armoniosamente varios estilos de trenzado. Si vas a adquirirlos, los mejores son los de fibra de hularo de solo 2 mm de espesor, lo que permite realizar un entramado extremadamente ligero y que la estructura sea de aluminio para aligerar peso.

Con los pavimentos ocurre algo parecido, éstos, elijas lo que elijas, ten en cuenta la resistencia a las inclemencias del tiempo. Además de la tarima natural de cáscara de arroz, tienes muchas opciones, desde empedrados, baldosas…

Cuanto más espesa sea la vegetación de los muros, mayor efecto mágico. No olvides combinar esta con macetas en las que las plantas de temporada que pongan la nota de alegría y color.

Si hablamos de “comedores” al aire libre, no olvides aquellos pequeños detalles que lo harán grande, como el servicio de mesa. Manteles individuales, caminos de algodón o fibra.

El menaje de líneas sencillas y de color blanco. O el más barroco, lleno de diseño y en toda la gama de color, sea cual sea tu elección, tu porche, terraza o balcón será protagonista y espectador de primera línea de veladas estivales llenas de lunas y estrellas.