Un pulcro centro histórico peatonal, abundantes zonas verdes, una catedral impresionante y un gran número de edificios religiosos medievales, son razones suficientes para visitar Palencia. Al ser una ciudad pequeña es posible visitarla en un solo día. La catedral de San Antolín es uno de los principales edificios que ver. Se la llama también la bella desconocida, pues es la tercera catedral más grande de España y esconde magníficas capillas, retablos o pinturas, como El Martirio de San Sebastián, de El Greco, y por fuera llama la atención su torre de 55 metros de altura. Otra característica es que no tiene una fachada clara como puedan tener otros templos similares. Ello es debido, en parte, a que ha ido sufriendo renovaciones y ampliaciones desde que se construyera una primera iglesia en el siglo VII, lo que hace que en ella se mezclen varios estilos arquitectónicos.

Pero este edificio religioso no es el único que podemos ver. Caminando por el centro histórico encontraremos varias iglesias, monasterios o conventos, algunos de estos edificios muy antiguos y curiosos. Uno de ellos es la iglesia de San Miguel, junto al río Carrión, con una gran torre con almenas que la hace parecer una fortaleza, donde la tradición dice que se casaron El Cid y Doña Jimena.

Por su parte, la iglesia de San Francisco, junto a la plaza Mayor, fue fundada en el siglo XIII. Antiguamente se encontraba unida a un convento que fue sede de las Cortes de Castilla en los siglos XIII y XIV y residencia de monarcas y altos dirigentes a su paso por la ciudad.

También es interesante el monasterio de Santa Clara, donde se puede ver al Santísimo Cristo de las Claras. Esta imagen de un Cristo yacente está rodeada de leyendas. Por último, otra iglesia algo escondida pero que merece la pena acercarse a ver es la de San Juan Bautista. Está enclavada en el parque Huerta de Guadián y es un magnífico ejemplo del Románico Palentino del siglo XII. Ahora bien, éste no es su emplazamiento original, sino que se trajo piedra por piedra desde la localidad de Villanueva del Río, inundada por la construcción de un embalse, salvando así al histórico edificio de su desaparición. Por último, otro lugar muy famoso que ver en Palencia es el Cristo del Otero. Situado en un cerro a las afueras de la ciudad, es una de las estatuas de Cristo más grandes del mundo. Mide unos 20 metros de altura y a sus pies hay un mirador y un pequeño museo dedicado a Victorio Macho, el escultor. De los lugares mencionados es el más alejado pero se puede tomar el autobús desde la plaza de León (donde comienza la calle Mayor).

Pateando la calle Mayor

La calle principal de Palencia es la calle Mayor, que a lo largo de casi un kilómetro peatonal está repleta de tiendas y edificios emblemáticos. Los bloques de uno de sus lados están porticados y algunos de ellos aún poseen los miradores de madera de las antiguas viviendas. Entre los edificios más reconocibles están el Casino de Palencia, con su fachada de color rojo y su fachada porticada, el Consejo de Cuentas de Castilla y León, que en su día se construyó para ser una sala de espectáculos, o el colegio de Villandrando, que tenía la finalidad de instruir a niñas huérfanas de algunos pueblos cercanos a la ciudad. Los dos últimos son obra del arquitecto palentino Jerónimo Arroyo, y destaca especialmente el colegio por su fachada colorida, siendo el mejor exponente del Modernismo en Palencia. En esta calle también destacan algunos monumentos, como la estatua de Jerónimo Arroyo, la de la Castañera, la de la Mujer Palentina, conocida como “La Gorda”, o la del escultor Victorio Macho dando forma al Cristo del Otero.