Blanca Suárez Luque /
Farmacéutica

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como fumador a todo individuo que fume a diario durante el último mes, al menos un cigarrillo.

El tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en los países industrializados así como uno de los principales problemas de salud pública. Provoca en el mundo más de cuatro millones de muertes evitables al año, en España 60.000, lo que supone que 133 de cada mil muertes en nuestro país se deben al consumo de tabaco.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística en 2017 en España aún fumaba aproximadamente un 25 por ciento de la población, siendo un hábito más prevalente entre hombres que en mujeres. Es por tanto algo en lo que hay que invertir todos los recursos necesarios y en lo que han de implicarse todos los profesionales sanitarios.
Debe ser considerado como un trastorno adictivo, una drogodependencia, siendo la principal sustancia adictiva la nicotina, que produce rápidamente dependencia tanto física como psíquica.

Sus efectos son devastadores, desde el aumento de cánceres (pulmón, estómago, esófago, etc.), pasando por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), así como enfermedades coronarias, vasculares periféricas y cerebrales.

El farmacéutico comunitario desarrolla una importante labor, dada su influencia sociosanitaria; principalmente, en cuanto a la educación sanitaria, la prevención del tabaquismo, el asesoramiento de aquellos que desean acabar con este hábito, la propuesta de tratamientos que no requieren receta médica y el reforzamiento de las pautas y seguimiento de aquellos tratamientos establecidos por el médico.

En la actualidad hay tres tratamientos posibles para dejar de fumar: La terapia Sustitutiva de Nicotina, el bupropión y la vareniclina. Estos dos últimos requieren la prescripción médica en receta oficial para su dispensación en la Oficina de Farmacia. Mientras que la Terapia Sustitutiva de Nicotina puede ser indicada por el farmacéutico a través de cualquiera de las tres presentaciones existentes (Parches, Chicles y Aerosoles bucales). Cabe destacar, la importancia que tiene que este tratamiento farmacológico vaya acompañado de un deseo del propio paciente a abandonar el hábito tabáquico y la terapia psicológica.

La pérdida de salud que supone fumar en la población general, ha hecho que desde el pasado mes de enero, el Ministerio de Sanidad financie bupropion y vareniclina, para aquellos pacientes que reúnan una serie de requisitos y que además demuestren motivación para dejar de fumar.

Según indica el Diario Médico, el Ministerio de Sanidad calcula que 83.800 personas podrán beneficiarse de estas terapias por un coste presupuestario estimado de 7,9 millones de euros el primer año. Según ha informado Sanidad, el coste será de 2,19 euros/día por persona en el caso de la vareniclina y de 0,66 euros/día en el caso de bupropion ya que se ha acordado que, dentro de la financiación pública, la vareniclina reducirá su precio un 30 por ciento y el bupropion un 66 por ciento.