Elena Rodríguez Tato / Directora de equipo
Begara Luxury Real Estate

Interiores flexibles: soluciones que se adaptan a las circunstancias y necesidades cambiantes. Nuestra vida cambia constantemente y, como consecuencia, también lo hacen las necesidades concretas de cada uno de nosotros. Construir y diseñar viviendas capaces de responder y adaptarse tanto a esos cambios como a las variadas circunstancias del día a día de una forma rápida y sencilla, sin derribos ni grandes obras, se ha convertido hoy en uno de los grandes objetivos de arquitectos e interioristas.

En diferentes épocas y culturas
Aunque hoy vive su punto álgido, la búsqueda de la flexibilidad dentro de la vivienda no es un fenómeno nuevo, sino que cuenta con numerosos antecedentes.

Las tradicionales viviendas japonesas, con puertas correderas de papel traslúcido, que permiten una fluida transición entre espacios y cuentan con un reducido mobiliario que es retirado después de usarlo, han inspirado el diseño de las actuales casas adaptables.

Las casas flotantes asiáticas y los hábitats africanos presentan espacios diáfanos multiusos que compartimentan mediante telas que corren o descorren según las necesidades de cada momento.
Actualmente, el resultado son soluciones cada vez más sofisticadas y que abarcan desde el desplazamiento de paredes hasta cocinas que quedan ocultas en el interior de un armario, o dormitorios que desaparecen durante el día.

Esta versatilidad, que se ha definido con varios nombres (casa flexible, adaptable, perfectible…) y su desarrollo se han visto impulsados tanto por la creciente falta de espacio en las actuales casas como por la proliferación en los últimos años de ambientes tipo loft, en los que predominan los espacios diáfanos y poco compartimentados y en los que se desarrollan actividades de todo tipo.
Una aspiración muy antigua: la búsqueda de un espacio flexible no es, sin embargo, una preocupación que haya surgido recientemente. Al contrario, es una aspiración muy antigua y ha acompañado al ser humano desde hace siglos. Así, por ejemplo, en el antiguo Egipto se empleaban ya elementos de mobiliario que podían desmontarse o plegarse. De la misma forma, ha sido el objetivo de múltiples diseñadores y arquitectos a lo largo de la historia, y al que han dedicado gran parte de sus esfuerzos y creatividad.

Sistemas modulares
Teniendo en cuenta que se considera como casa flexible aquella vivienda que es susceptible de ser transformada sin necesidad de engorrosas obras, el mobiliario es el elemento que permite la movilidad de una forma más sencilla.

En este sentido, las estructuras modulares que posibilitan añadir o suprimir elementos, o bien, modificar su distribución, han supuesto un gran avance al permitir múltiples combinaciones. A este sistema se suman también los muebles multifuncionales que incluyen desde piezas tradicionales, como cestas o cajas con numerosas y variadas aplicaciones, o el clásico sofá-cama, a los diseños más originales, como los paneles separadores a los que se pueden acoplar elementos de todo tipo.

Cómo distribuir el espacio
Junto a los nuevos paneles móviles, existen otros mecanismos más sencillos para independizar espacios de manera temporal.

Una de las soluciones más prácticas, sobre todo si escasea el espacio, son los elementos que se puedan plegar. Es el caso de los biombos que pueden elaborarse en infinidad de materiales con múltiples diseños, lo que permite adaptarlos a estancias de estilos muy diferentes.

Otra de las alternativas más habituales son las puertas plegables y las correderas, que comunican o separan estancias según se abran o se cierren. Muchos de estos elementos separadores también llevan incorporados numerosos objetos como pantallas planas de TV, mesas, sillas, estantes…