El restaurante La Txitxarrería ha vuelto a organizar, como ya es habitual cada dos meses, una gran cena maridaje. En esta ocasión, los comensales que se acercaron al local han podido conocer un poco más los caldos que se cultivan en las tierras de nuestro país vecino del norte, Francia. El maestro de ceremonias fue el experto francés en vinos François Passage que explicó con gran acierto las características de cada vino que los clientes degustaron a lo largo de la noche.

El aperitivo, un excelente jamón de la piara que tiene en Extremadura José Manuel Díaz, gerente de La Txitxarrería, estuvo acompañado por un champagne de exquisitos sabor. Joseph PerrierCuvée Royal Brut, es un espumoso de aromas delicados, de tono amarillo dorado con intensos reflejos de oro rosa. Un champagne elegante, fresco, ligero y bien equilibrado. Una delicia para el paladar, al igual que el jamón.

De entrante, el tatar de tomate Raf con aguacate, anchoas del Cantábrico y vinagreta de albahaca fue un acierto y, todavía mayor, al maridarlo con un blanco, un Château de Tracy Pouilly Fumé de 2016. Este caldo con personalidad, destaca el sabor de la tierra en la que se ha criado, suelos de sílex y calcáreos de la región de Loira que le confiere un sabor elegante y profundo.

Para el plato de pescado La Txitxarrería preparó una exquisita merluza en tinta de calamar y tallarines marinos. Un plato con personalidad que acompañó el Château Bonalgue de 2008, un vino de la región de Burdeos de gran intensidad aromática.

Solomillo de vaca al carbón con puré de patatas trufado fue el principal. Una carne de primera calidad y bien cocinada. El caldo elegido fue Séglade 2011, un vino tinto envejecido durante quince meses en barricas de roble francés, de color rojo intenso, elegante y expresivo tanto en nariz como en boca.

Finalmente, haciendo un guiño a la gastronomía francesa, no podía acabar esta cena maridaje sin un “postre” típico francés, el queso. Aunque, además del queso francés Camembert hubo espacio también para el patrio, un queso de cabra de la serranía onubense, que fueron maridados con otro vino de la región de Burdeos, Sauternes Cuvée 79 de 2013, un vino dulce muy expresivo con predominio de notas afrutadas.

Todo un paseo del paladar por algunos de los vinos franceses que junto con el menú confeccionado para este maridaje fue, en conjunto, un gran acierto.