Pilar Pérez @pilarpercas /
Asesora de cuidado personal

La piel, que supone un 7% de nuestro peso, además de ser el órgano más extenso del organismo, es la principal barrera de protección y nos protege de cantidad de agresiones externas a las que continuamente estamos expuestos. Como tal, reaccionará ante los problemas con síntomas tanto internos (desórdenes en nuestro sistema inmunitario), como externos (reacción frente alérgenos en el entorno, como pieles atópicas, erupciones, inflamaciones…). Al ser la parte más visible, se podría decir que junto a otros aspectos, sería nuestra carta de presentación, algo muy valorado actualmente. Por ello hay que prestar cuidado especial a cuatro puntos básicos, externos, que son clave para mantener la piel sana, luminosa y protegida.

1. Limpieza diaria (mañana y noche en el rostro)
2. Exfoliación o eliminación de células muertas.
3. Hidratación.
4. Protección solar.

La salud de la piel es la asignatura pendiente de muchas personas, aunque cada día se es más consciente del riesgo que lleva no tener buenos hábitos.

En ocasiones se gasta mucha cantidad de dinero en tratamientos o cremas, pero si previamente la piel no está lo suficientemente limpia y preparada, estos productos se quedarán tan superficialmente, que no serán capaces de cumplir su objetivo. Será como tirar el dinero. Solemos ignorar conscientemente que nuestra piel, sufre cada vez que nos bronceamos, y no deberíamos, ya que en España existe un gran problema de cáncer de piel, que va a peor.

Alimentación.- Una dieta saludable, también influye en la mejora del aspecto y salud de la piel. Tomar alimentos ricos en antioxidantes como la zanahoria, uva, manzana, pera, tomate, frutos rojos y otros, ofrecen gran efecto protector para la piel. Nuestro cuerpo necesita frutas y verduras. Incluso si por circunstancias no se llega a los niveles básicos de nutrientes, sería recomendable recurrir a un complemento nutricional de calidad. La pirámide nutricional ha incluido por primera vez el complemento nutricional para compensar la balanza entre las deficiencias actuales de los alimentos, (por naturales que sean ) y el daño oxidativo actual. No existe una fórmula fija para todas las personas, pero un mínimo de 2 litros de agua diarios, será lo imprescindible para complementar al resto de los puntos a tener en cuenta.

En estos días de confinamiento, la gente también está preocupada por su envejecimiento cutáneo.

Hay quien ha podido notar mejoría en el aspecto de su piel, porque tal vez está viviendo de manera relajada la cuarentena, aprovechando para mantener buenos hábitos alimenticios, ejercicio moderado en casa, o ya al aire libre, y no se ha expuesto a la contaminación ambiental, que por otra parte ha mejorado notablemente sus índices.
Pero hay mucha más gente que lo está viviendo con verdadero estrés, tristeza, ansiedad…y la piel lo nota mucho, desencadenando en problemas como dermatitis, acné, manchas… La falta de exposición recomendable al sol, tampoco ayuda, ya que para sintetizar la Vitamina D, deberíamos estar unos 30 minutos diarios. Al estar mucho en contacto con leds, ordenadores, teléfonos…, estamos muy expuestos a la luz azul, contribuyendo al envejecimiento y originando así manchas cutáneas. También el uso de las mascarillas que más o menos se ha impuesto origina roce en la piel del rostro, y nos debería impulsar a cuidar especialmente la zona del rostro que tiene contacto directo con ella.