Cada año se celebran más de 170.000 bodas en España. Y la mayoría opta por disfrutar de su nuevo estado civil organizando un viaje. El viaje de sus vidas para muchos. Una costumbre que procede del siglo XIX cuando la nobleza europea visitaba a los familiares que no habían podido asistir a su boda, para convertirse con el tiempo en una escapada privada y romántica. Pero no hay que remontarse tan lejos para ver la evolución de los itinerarios. En los últimos 50 años, Canarias, Mallorca, Santo Domingo, Cancún, Riviera Maya han sido algunos. Hoy son numerosas las ofertas y posibilidades; las más elegidas, los destinos combinados por Asia, Estados Unidos y Caribe buscando tres ingredientes: tradición, aventura y relax.
Este 22 de junio harán 40 años de casados. Su viaje de novios fue “de pobres”, rememora Francisco; no había dinero para salir a las islas Baleares o a Canarias, lo que se estilaba por entonces, y mucho menos a Europa, pues en 1985 algunos novios salían al extranjero en busca de una luna de miel diferente. Francisco y Felisa decidieron realizar un viaje de interior de siete días a Madrid visitando también villas reales e imperiales como Aranjuez, Toledo, Segovia y La Granja. De Salamanca, donde se ofició la boda, partieron hacia la capital de España y desde ahí se desplazaban en tren o autobús hacia los otros destinos. Este viaje de interior resultó de lo más fructífero y bonito, confiesan, sin colas ni esperas en el Museo del Prado, en el Museo de Cera e incluso en el Palacio Real. El gasto final fue de 50.000 de las antiguas pesetas.
El 14 de septiembre de 1991, Gabriel contrajo matrimonio con Eugenia. Durante dos semanas, disfrutaron de las playas de Tenerife y del parador de Turismo de Tui en Pontevedra. Dos destinos que fueron un regalo, no sólo por la oportunidad de disfrutar de dos lugares incomparables, que también, sino porque fueron a coste cero para la pareja de marras, al ganar casualmente un sorteo en un desfile de novios (eventos frecuentes en los años 90 y que ahora están en desuso) y por celebrar el banquete de la boda en un Parador de Turismo.

Lunas de miel en los 80 y 90.- Dos testimonios bien diferentes en los 80 y 90, décadas que hemos tomado como inicio de este recorrido, y que dan buena cuenta de la particularidad en el hecho de viajar recién casados, atendiendo a gustos, preferencias, prioridades y posibilidades, calculando la existencia de tantos destinos como parejas. Pero, como en todo, se registran ciertas pautas o ‘modas’ que los profesionales de agencias de viaje constatan, teniendo en cuenta que el viaje de novios es un viaje soñado que, quizá, puede que no vuelva a repetirse más.
Antonio Pérez, profesional del sector con más de 35 años de experiencia, señala que el viaje de novios se realiza una vez en la vida, “la ilusión de viajar por primera vez con tu mujer o tu marido es algo muy especial, quieres que todo salga perfecto y prefieres algo de calidad e incluso de lujo para disfrutar a lo grande”. Asegura que en estos últimos 40 o 50 años, los viajes de recién casados han sufrido modificaciones, no sólo por las tendencias en cuanto a unos destinos u otros, sino también por la propia gestión interna, el tipo de servicio solicitado y la duración del viaje. Aunque, si existe algún factor determinante a su juicio, ese ha sido internet. “Internet ha cambiado la manera de viajar, no sólo ya de novios, sino en general”, sentencia.
La mayoría de los novios de los 80 y de los 90 contrataban su luna de miel en agencias de viaje. Los destinos “más conservadores”, según Pérez, eran los viajes a Baleares y a Canarias con paquetes normales incluyendo vuelo, traslados, hotel y régimen alimenticio. Eran lunas de miel de 15 días en los que se visitaban varias islas, siendo las más habituales Tenerife-Lanzarote o Las Palmas-Tenerife en Canarias, mientras que en Baleares se mezclaba Palma con Ibiza o con Menorca. “Hubo algunos años de auténtica locura, todos los turoperadores ofertaban muchísimos destinos, de ahí que salieran varios vuelos; entonces cada operador podía sacar un avión, mientras que ahora todos en conjunto suman dos en total”, explica el agente de viajes.
En esa época de vacas gordas (¿recuerdan aquella canción de Será maravilloso viajar hasta Mallorca? de Los Mismos de 1968), el sector impulsó la promoción de viajes 2×1 gracias a la cual viajaban dos personas y sólo se pagaba uno, “eran promociones de última hora por el exceso de oferta, que hoy en día prácticamente han desaparecido”.
A finales de los 80-90 empezó a cambiar la tendencia hacia destinos internacionales, ofreciéndose destinos más nuevos e innovadores fuera de la Península, como el Caribe. Pullmantur, Mundicolor y otras compañías comenzaron con la venta de vuelos chárter a países caribeños. Es en ese momento cuando comienza una auténtica fiebre por la República Dominicana y su capital, Santo Domingo, “el avión llegaba a la ciudad y desde el aeropuerto derivaban a cada pareja a la playa elegida”. Playas del gusto de los recién casados, pero también de los directores y productores de cine, pues son miles las cintas filmadas en diferentes localizaciones como El Padrino II, Rambo II, Apocalypse Now, Jurassic Park, Corrupción en Miami o Piratas del Caribe o aquel anuncio mítico de Ron Barcardi.

En los 90 se produjo una eclosión de nuevos lugares paradisíacos con paisajes de ensueño que invitaban al rélax. Punta Cana y Playa Bávaro, de República Dominicana, fueron destinos románticos muy solicitados en esa época, “eran viajes combinados muy atractivos, incorporando el todo incluido”. Otro viaje combinado era Panamá e Isla de Contadora, “también demandado, pero no al alcance de todos los bolsillos”. Otros sitios de referencia en esos años fueron Cartagena de Indias en Colombia, Aruba, Canaima, Los Roques e Isla Margarita en Venezuela, con el salto de agua más grande del mundo y exuberantes paisajes caribeños. “Eran destinos programados con vuelo chárter, no regular, más asequible y específico para un colectivo de turistas”, explica Pérez. Esos lugares dejaron de ofertarse por distintas circunstancias: Venezuela por su situación política, si bien algunos turoperadores no descartan recuperar en un futuro entornos como Aruba, un magnífico conjunto de islas en pleno Caribe.
En cuanto al pago del viaje, por lo general, era asumido por los novios, dando un depósito primero para, a su regreso, abonar la cantidad restante. Ahora el precio va más fraccionado y con menos riesgo.
Las empresas del sector turístico y de viajes han vivido también profundas transformaciones e incluso desapariciones como el grupo Marsans, Orizonia, o cruceristas destacados como Pullmantur o IberoCruceros.
Los cruceros.- Los cruceros empezaron a popularizarse en los años 2000, aunque anteriormente también existía una gran oferta, sobre todo, en Estados Unidos. No es uno de los productos más solicitados por los novios, pero cuenta con una importante demanda de familias, amigos y grupos que celebran su aniversario. ¿¡Quién de la Generación Boomer no recuerda la mítica serie de ‘Vacaciones en el Mar’, protagonizada por el capitán Stubing, emitida en televisión de 1977 a 1987!?
Con aquella pegadiza banda sonora de la orquesta de Angello Conti, que comenzaba “Love, exciting and new, Come aboard, We’re expecting you (Amor, emocionante y nuevo, sube a bordo, estamos esperándote…)”, la serie cautivó a muchos espectadores deseosos de subir al ‘barco del amor’. Y no fue un sueño imposible para algunas personas, ya que el Pacific Princess, como se denominaba, llegó años después a España donde operó con itinerarios por el Mediterráneo hasta su desguace final.
A finales de los 90 y comienzos de los 2000, compañías como Pullmantur o Iberojet comenzaron a promover los cruceros, para lo que disponían de barcos de 50 o 60.000 toneladas como el Seawind Crown o El Bolero “de tamaño pequeño si los comparamos con los actuales, enormes barcos de 150 o 180.000 Tm, que parecen ciudades flotantes”, nos explica el agente de viajes. Pullmantur Cruceros, ya desaparecida, fue uno de los operadores estrella en nuestro país, con paquetes accesibles y donde todo estaba incluido (viaje, comida y entretenimiento).
Las primeras rutas se dirigían hacia el Mediterráneo Occidental, Islas Canarias y Madeira, y ya iniciados los 2000, en Caribe (por Puerto Rico, Saint Thomas, Philipsburg, Santa Lucía o Barbados) y Norte de Europa (Copenhague o Ámsterdam). El itinerario más demandado era Barcelona con escalas en Marsella o Villefranche (Francia), Livorno, Florencia, Pisa, o Civitavecchia -Roma-, Nápoles o Palermo en Italia, La Goulette en Túnez y Palma de Mallorca. En invierno se podía coger un crucero por Tenerife, Gran Canaria, Funchal (Madeira) o Casablanca o Agadir (Marruecos).
Tras Pullmantur e Iberojet comenzaron a operar compañías como MSC, Costa Cruceros o Royal Caribbean. Eran cruceros por todo el arco mediterráneo, con itinerarios concretos como Génova, Nápoles y Venecia en Italia; Marsella y Villefranche, en Francia; Barcelona y Palma de Mallorca en España; Pireo/Atenas, Santorini y Mikonos en Grecia; Kusadasi en Turquía; o La Goulette en Túnez. En otoño e invierno, se ofrecían recorridos por Canarias y Marruecos. Ya de forma incipiente, MSC comenzó a ofrecer viajes al Caribe. El crucero sigue siendo un producto muy demandado en la actualidad, con megabarcos que operan en multitud de países y con un abanico enorme de posibilidades, tanto en estancia, comida y bebida como actividades de ocio y entretenimiento.
Años 2000 a la actualidad.- Paloma y Manuel se casaron un 22 de noviembre de 2001. Contrataron en una agencia de viajes su destino de luna de miel durante diez días: la Riviera Maya, con vuelo y aterrizaje en Cancún, hotel con todo incluido y con la posibilidad, en destino, de reservar todo tipo de actividades y excursiones por la zona como un paseo en quad por la jungla, visita a los cenotes y un largo etcétera.
Isabel y José contrajeron matrimonio el 8 de julio de 2006. El viaje fue un regalo de boda. En su caso, se inclinaron por un crucero por el Mar Adriático durante 8 días, con escalas en Venecia, Dubrovnik, Corfú, Atenas y Estambul contratado en una agencia de viaje con todo incluido.

El enlace de Elena y Ernesto fue el 12 de mayo de 2018. Croacia fue su destino elegido como viaje de novios, siete días de recorrido, en coche de alquiler, por los lugares más turísticos como Split, Dubrovnik, Zagreb… Esta pareja no hizo uso de agencia de viajes, lo organizaron por su cuenta.
En los 2000, aparte de los cruceros, se pusieron de moda otros destinos para los novios, en los que no sólo se viajaba al Caribe más puro, sino que se buscaban otros lugares menos conocidos hasta entonces como la Riviera Maya, Jamaica e incluso Cuba.
Fue a partir de 2005 cuando se produjo un vuelco radical en los viajes románticos, “la gente comenzó a cambiar el chip, con la inquietud y la ilusión de combinar varios destinos a la vez y buscar el viaje soñado, totalmente personalizado con la multitud de posibilidades de transporte”. Fue un punto de inflexión que cambió también la propia operatividad en el sector, ya que cada cliente elige (internet también ha ayudado) lo que quiere a tenor de las posibilidades existentes. Egipto ‘nivel top’, Tailandia, circuitos por la India o viajes combinados por Maldivas y Mauricio han sido o son algunos de los viajes más realizados.
En la actualidad, Japón está de moda, de hecho, varios de nuestros encuestados en la sección de El Termómetro se irían al país nipón sin dudarlo, donde se entremezclan la modernidad y la tradición en ciudades como Tokio o Kioto. Otro combinado muy en boga hoy en día y de los más vendidos es Nueva York-Punta Cana, o Sri Lanka y Maldivas, Sudáfrica y Seychelles, Estados Unidos y Caribe, Tailandia y Vietnam o Islandia. En definitiva, una tendencia a disfrutar de experiencias únicas y memorables, donde se maridan a la vez aspectos culturales, de aventura y relajación.

Cómo elegir bien tu destino de luna de miel
Una luna de miel es un momento especial para celebrar el comienzo de una vida en pareja, y por eso, elegir el destino adecuado es fundamental. Sin embargo, no todos los lugares son ideales para esta ocasión. Existen destinos que, aunque populares o interesantes, pueden no ser recomendables para una luna de miel debido a factores como la inseguridad, las condiciones climáticas, la infraestructura turística o la falta de romanticismo. A continuación, os presentamos algunos ejemplos de viajes de luna de miel no recomendados y las razones por las que podrían arruinar esta experiencia única.
- Zonas en conflicto o con alta inseguridad.- Algunos destinos del mundo presentan altos niveles de delincuencia o inestabilidad política. Viajar a lugares como ciertas regiones de Medio Oriente, partes de África Central o países con conflictos recientes como Siria o Yemen, no sólo puede ser arriesgado, sino que también puede generar un ambiente de tensión y estrés que nada tiene que ver con una luna de miel romántica. La seguridad debe ser siempre una prioridad.
- Destinos de climas extremos o temporadas desfavorables.- Algunos destinos paradisíacos pueden ser una mala elección si se visitan en la temporada equivocada. Por ejemplo, viajar al Caribe durante la temporada de huracanes (junio a noviembre) puede implicar mal tiempo, cancelaciones y poca disponibilidad de servicios turísticos. Del mismo modo, ir al sudeste asiático en época de monzones puede resultar en lluvias constantes, lo cual limita las actividades al aire libre y arruina el ambiente esperado de descanso y disfrute.
- Viajes de aventura extremos.- Aunque muchas parejas disfrutan de la aventura, una luna de miel quizás no sea el mejor momento para realizar actividades de alto riesgo o con exigencia física intensa. Escalar montañas como el Everest, hacer trekking en condiciones extremas o adentrarse en la selva sin la preparación adecuada, puede convertir un viaje romántico en una experiencia agotadora o incluso peligrosa.
- Lugares con servicios turísticos deficientes.- Algunas zonas rurales o destinos emergentes pueden carecer de la infraestructura necesaria para una experiencia cómoda. Si bien estos lugares pueden tener encanto, la falta de alojamiento de calidad, problemas de transporte o escasez de opciones gastronómicas pueden hacer que el viaje resulte incómodo. En una luna de miel, se valora especialmente la comodidad y el servicio, por lo que es mejor evitar este tipo de destinos a menos que se tenga claro lo que se puede esperar.
- Viajes excesivamente largos o mal planificados.- El romanticismo también puede perderse si el viaje implica muchas escalas, largas horas de vuelo o estrés logístico. Algunos destinos remotos requieren traslados complejos, lo que puede agotar a los recién casados. Es recomendable elegir lugares más accesibles o bien planificados, especialmente si el viaje se realiza justo después de la boda.
En definitiva, una luna de miel debe ser sinónimo de descanso, conexión y romance. Elegir el destino incorrecto puede llevar a experiencias frustrantes o incluso peligrosas. La clave está en conocer bien el lugar, planificar con anticipación y priorizar la seguridad, la comodidad y la experiencia compartida por encima de la aventura o la originalidad extrema.
Texto: Oliva Carretero Ruiz. Fotos: Pixabay