Carlos Caballero / Arqueólogo Colegio Profesional de Arqueología de Madrid

Pocas cosas hay en la vida peores que tener que enfrentarse a una guerra: quizás una de ellas sea tener que vivir la posguerra de ese mismo conflicto. Nuestra pequeña Comunidad guarda, a lo largo de un eje norte–sur que arranca en la Estación de Chamartín y termina en Bustarviejo, la memoria de una posguerra terrible en la que mano de obra reclusa construyó los puentes y viaductos de toda una línea férrea, bautizada entonces con el prometedor nombre de “Directo Madrid–Burgos”.

La historia de ese ferrocarril es una más de tantas anécdotas de eternas obras públicas españolas: comenzada en época de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, no se inauguraría hasta 1968, para tener después una corta vida útil, hasta su clausura (provisional, como tantas cosas en España) en el año 2011. Al terminar la guerra civil, cuando se reanudó la construcción del ferrocarril, se optó por emplear para los trabajos a prisioneros de guerra a los que se ofreció acogerse a un programa denominado “Redención de Penas por el Trabajo”.

A lo largo de todo el trazado de la línea férrea en lo que hoy es la Comunidad de Madrid se dispuso una decena de destacamentos penales, donde los presidiarios residían y desde los que partían al trabajo cotidiano para la construcción de la infraestructura. En los distintos destacamentos, los presos vivían alejados de la civilización, aunque a menudo compartían espacio con sus familias, lo que garantizaba que ninguno albergaría la esperanza de escapar de allí dejando detrás lo que más quería. Aunque teóricamente recibían un salario por su trabajo, los presidiarios solo percibían la cantidad correspondiente a la mujer y los hijos que tuvieran a su cargo, ya que el resto, en el marco de una economía perversa, era confiscado por la Hacienda pública para, entre otras cosas, pagar su alimentación.

Sin duda el mejor conocido de todos estos destacamentos es el de Bustarviejo, en la llamada “Dehesa Vieja”, un paisaje sobrecogedor donde el imponente granito y la cercana sierra edulcoran la historia terrible que allí sucedió. Cada día, durante los ocho años que funcionó la prisión, los trabajadores construyeron 9 km de vías, cavaron 700 metros de túneles, dinamitando y barrenando la roca viva; tallaron la piedra y molieron la grava; levantaron un viaducto de 26 metros de altura y construyeron la estación de ferrocarril de Bustarviejo ; hicieron taludes a pico y pala y colocaron el balasto y las vías. Hoy, setenta años después, para la visita al destacamento, que comienza en la antigua Estación, es preciso cruzar uno de esos túneles, lo que nos permite, en cierta forma, revivir las duras circunstancias del trabajo que allí se llevó a cabo desde 1944.

Gracias al esfuerzo de un equipo de arqueólogos y al trabajo constante y desinteresado de la Asociación de Memoria Histórica “Los Barracones”, hoy podemos visitar el destacamento penal de Bustarviejo, sumergirnos en su atmósfera opresiva e imaginar cómo era la vida para presos que trabajaban de sol a sol en un paisaje maravilloso que a ellos solo podía resultarles hostil. Además del propio espacio cerrado que constituía la prisión (“Los Barracones”), también pueden conocerse los restos de las cabañas, construidas por los propios presos, donde se alojaron sus familiares mientras duró la construcción del ferrocarril.

En la actualidad todo esto no es más que un silencioso recuerdo, pero un recuerdo elocuente de un pasado que nunca debería de volver a producirse: es necesario conocer esta parte oscura de un periodo igualmente oscuro de nuestro patrimonio para ser conscientes de cuánto debemos aprender de los errores del pasado. Y, una vez aprendida esa enseñanza, construir todos juntos un futuro mejor.

(El Destacamento Penal es visitable el primer sábado de cada mes gracias a la labor de la Asociación de Memoria Histórica “Los Barracones”. Se puede preparar la visita consultando esta publicación del blog Bellum Nostrum, https://bellumnostrum.es/tras-el-rastr-de-la-guerra-civil-espanola-el-destacamento-penal-de-bustarviejo/)