Luis Andrés Domingo Puertas, Historiador y arqueólogo.

Al igual que el resto de los edificios del Conjunto Histórico del municipio madrileño de Villarejo de Salvanés, la Casa de la Tercia forma parte de los bienes inmuebles que fueron construidos, mantenidos y engrandecidos por la Orden Militar de Santiago tras su decisión de establecer en esta población la sede de la Encomienda Mayor de Castilla allá por el siglo XV.

La Casa de la Tercia es quizá uno de los ejemplos más logrados de arquitectura civil castellana. Es un edificio austero, de grandes dimensiones, en el que prima lo funcional ante lo ornamental, una construcción con una clara orientación económico-administrativa, aunque también cumplió una función residencial como casa de los caballeros santiaguistas. Este complejo sirvió fundamentalmente para almacenar y gestionar tanto las rentas en especie que los vasallos tributaban, como la producción de las tierras propias de la Encomienda.

La fecha exacta de su construcción es todavía una incógnita, aunque todo indica que se debió iniciar en el momento en que Villarejo de Salvanés se convirtió en cabeza de la Encomienda Mayor de Castilla a mediados del siglo XV. Pero fue posteriormente, durante el segundo cuarto del siglo XVI, cuando el edificio se amplió y engrandeció.

En origen, la casa estuvo compuesta por dos grandes edificios con fachada común comunicados interiormente por un gran patio longitudinal. Después, cuando el edificio adquirió mayor relevancia para la Orden Militar, se construiría el patio de columnas de piedra caliza y el corredor que permitía la comunicación con las dependencias de la primera planta. A un lado de este patio se situaban los aposentos de los caballeros, el aula de gramática, las cocinas y una cueva con tinajas donde se almacenaba el vino que luego se vendía por una ventana abierta al pradillo de la Iglesia de San Andrés. Al otro lado está la bodega, con sus lagares y el cocedero de vino, situándose el granero en la planta superior.


Lo primero que el visitante advierte al acercarse a la Casa de la Tercia es la sobriedad de su fachada, en la que sólo el imponente arco adintelado de grandes dovelas y las jambas de piedra que flanquean el acceso rompen, sin alardes decorativos destacables, la sencillez del conjunto. Sobre el arco de la puerta, se dispone un balcón con puerta adintelada, sobre la que se encuentra el escudo de la Casa de Austria, situado en un pseudofrontón que corona la fachada. A ambos lados del arco de la puerta principal, se disponen dos escudos iguales con la heráldica de Juan de Zúñiga y Avellaneda, el Comendador que engrandeció el edificio entre los años 1534 y 1546.

Al entrar en la bodega, actual Museo Etnográfico, llama la atención la magnífica arquería de ladrillo que divide longitudinalmente la galería. También destacan a primera vista las enormes tinajas del cocedero de vino, así como dos lagares, uno destinado a la producción de vino tinto y otro al vino blanco. En el lagar de vino tinto se conserva parte de la estructura de madera de la viga, así como la impronta del contrapeso pétreo, las águilas y parte de su cabecera.

En el piso superior encontramos el granero, cuya techumbre conserva bovedillas originales de la reforma realizada en 1798 y que han sido reproducidas a lo largo de la nave. Una vez más las ventanas abocinadas que se encuentran en otras partes del complejo, como la fachada o la bodega se repiten en el antiguo granero con una doble función: el paso de aire y luz y, sobre todo, la protección de los bienes del interior.

En las imágenes, patio de columnas, bodega y otras dependencias de la Casa de la Tercia, que sirvió para almacenar y gestionar las rentas en especie de los vasallos y la producción de las tierras propias de la Encomienda Mayor de Castilla. (Fotos: Ayuntamiento de Villarejo de Salvanés)

Hoy en día la Casa de la Tercia es un edificio rehabilitado y vivo que alberga un Museo Etnográfico centrado en el trabajo agrícola y la producción agroalimentaria, así como un espacio donde se desarrollan numerosas actividades culturales, especialmente en la sala de exposiciones que se ubica en el antiguo granero. Junto a los restantes edificios del Conjunto Histórico de Villarejo de Salvanés, con el Castillo como emblema, la Casa de la Tercia es un atractivo punto de visita turística que merece la pena conocer.