Este joven artista de 28 años llegó a Boadilla del Monte cuando era adolescente. Su destreza y pasión por la pintura dice que la heredó de su abuela María Teresa, a la que no conoció, pero de la cual admira la sensibilidad que le transmiten sus cuadros que guarda con cariño en su casa. Su pasión por la pintura y la influencia de su carrera como arquitecto queda reflejada en su maravillosa obra.

Entrevista con Carlos Azañedo, pintor

Pregunta.- Eres arquitecto pero, ¿has ejercido alguna vez como tal?
Respuesta.- Cuando acabé la carrera, en julio hace un año, estuve trabajando ese verano en un estudio de arquitectura, y con un profesor presentando un concurso. A la vez, iba haciendo cosas de pintura y encargos. Mi pasión de siempre ha sido pintar y lo he hecho durante y después de la carrera. Al principio, quería llevar las dos ramas, compaginarlas pero empezaron a surgir más cosas relacionadas con la pintura y tuve que decidirme. Me arriesgué un poco y elegí probar un año para dedicarme sólo a pintar.

P.- ¿Por qué no elegiste Bellas Artes?
R.- Bellas Artes siempre lo he tenido en la cabeza. En el colegio hice bachillerato técnico porque es verdad que arquitectura es una carrera que siempre me ha gustado, tiene que ver con el dibujo aunque es más técnico. Mis padres me dijeron “oye Carlos estudia arquitectura que nunca se sabe lo que te puede pasar en la vida, la carrera de artista es mucho más arriesgada, te puede ir bien o mal”. Entonces estudié arquitectura. La formación de arquitecto repercute directamente en mi estilo de pintura, es verdad que no es una formación de bellas artes pero es una formación también muy orientada a la creatividad. Te educa en la proporción, en la escala, los edificios y es también por lo que estoy pintando ciudades. Es la forma más directa y natural de trasladar mis conocimientos de arquitectura a la pintura. Lo que tengo más interiorizado son los edificios, las ciudades, lo que llevo viendo durante todos estos años.

P.- ¿Cómo aprendiste todas estas técnicas de dibujo?
R.- Nunca he ido a clases de pintura, soy autodidacta. Es verdad que en la carrera hemos tenido alguna asignatura optativa de pintura, pero no te enseña nadie cómo utilizar un pincel, o una brocha, ni qué color usar ni cuál no usar. Es algo que yo llevaba dentro y simplemente necesitaba expresarlo de alguna manera. Mis cuadros son fruto de lo que siento por dentro y lo expreso directamente sobre una superficie, una madera, un lienzo y a través de la mezcla de colores. No hago ningún boceto ni croquis previo. No me puedo ajustar a unos colores ni a nada porque cada cuadro es distinto. No me gusta atarme a ningún tipo de patrón, lo que me gusta es la libertad del artista.

P.- ¿Cuántos cuadros tienes expuestos fuera de nuestras fronteras?
R.- Contacté con una empresa muy importante de arte en Londres, con varias galerías por Reino Unido que les gustó lo que hacía y pondrán varios de mis cuadros a la venta en sus salas de arte. Tengo un cuadro expuesto en el Museo Municipal de Osaka (Japón) y luego particulares. Un cliente de San Petersburgo ha estado estos días en el estudio y me ha comprado una obra, y diferentes personas de Estados Unidos han contactado conmigo para adquirir otras. Las redes sociales son un escaparate muy importante en el que yo me difundo, creo que es muy útil para que la gente lo vea. Hoy en día con toda la globalización, la gente de otros países contacta contigo.

P.- ¿Llevas un año exponiendo y vendiendo?
R.- Menos. En septiembre me fui de viaje a Alemania con un amigo y ahí fue donde realmente cambié el chip. Me dijo que intentase dedicarme a la pintura, fue una de las personas que me incitó a perseguir mi sueño. Y a partir de octubre fue cuando empecé a dedicarme más en serio como trabajo día a día.

P.- ¿Cuántos cuadros has vendido?
R.- Cerca de 30 sin contar con los que tengo en Londres que no los cuento como vendidos porque están como te he dicho en proceso de prueba. He vendido en subasta, en galería y en mi estudio.

P.- ¿Tienes pensado exponer en alguna sala de Madrid?
R.- Estoy buscando hacer una exposición en una sala de Madrid, obviamente me apetece mucho. Quiero organizarla bien y eso requiere tiempo y hasta ahora he estado muy liado y no me he podido sentar tranquilamente a planificarlo bien. Pero tengo pensado hacerla para octubre o noviembre.

P.- ¿A nivel local te conocen en Boadilla?
R.- En Boadilla he tenido clientes que han entrado en el estudio y me han comprado directamente. Sobre todo gente joven que ha venido a vivir aquí, han comprado una casa o han hecho reforma. Sí he tenido compradores de aquí pero nunca he hecho una exposición en Boadilla, ni me he dado a conocer en ningún periódico local ni nada. He empezado desde fuera hacia dentro.

P.- ¿Te ves en un futuro viviendo del arte?
R.- Sí. Me siento muy feliz día a día viniendo al estudio y pintando. Al final trabajas en algo que te gusta mucho y es como que te inspira día a día. Me encanta ver a la gente cómo se ilusionan con mis cuadros, como les transmite y eso es algo que me chifla. Es como una droga, al final no puedes parar de producir un cuadro y otro, siempre quieres mejorar unas cosas o incorporar cosas nuevas, es un proceso que no tiene fin y cada vez quieres pintar más. Espero poder dedicarme siempre a esto. La arquitectura de momento la tengo un poco ahí de lado pero no la descarto en el futuro. Ahora me quiero fijar sólo en la pintura para poder despegar un poco.

Texto: Kathy Montero Foto: Ayer&hoy