Javier Sánchez Jiménez ‘Grisom’

El rugby cierra el año 2022 con múltiples frentes abiertos. La Seleccion Española intenta reconducir la debacle de la eliminación del acceso a la plaza que da derecho a jugar el mundial después de muchos años y tras un esfuerzo titánico de los jugadores, que se merecieron el resultado final pese a las maniobras sucias de directivos de clubes que consiguieron hundir el rugby español en una sima injusta.

Las selecciones seven masculina y femenina tambien siguen luchando en las series mundiales por reverdecer los laureles de antaño.

Las ligas regionales estan a punto de finalizar la primera vuelta con suerte variopinta para nuestros equipos. Esperemos que luzcan en la segunda vuelta más que en la primera. Las chicas igual tendran que apretar o culminar el trabajo realizado hasta ahora. Ha sido una muy buena medida la tomada por la Federación de permitir la unión de jugadores para completar equipos.

Lo mas importante de esta temporada es el renacimiento del rugby regional en su base. El numero de equipos ha aumentado mucho en el último año y aunque aun no tengan representación en las ligas senior, si lucen en categorias inferiores. La federación ha tenido que establecer ligas competitivas en sub 12, acompañando a las de sub 14 y sub 16, dado el numeroso elenco de equipos que se presentaban en las jornadas y ampliando el grupo de desarrollo, lo que hace que tengan que celebrarse las jornadas sub12 aparte de las demás categorias de escuela y en fechas diferentes.

Cada vez son mas los niños de 4 a 6 años que se apuntan a las escuelas con lo que hay que destinar monitores formados en Prerugby. En la primera década de 2000 la menor categoría era jabatos y no habia muchos niños en el Campeonato de España, única cita de encuentro para ellos. Detras vinieron los Linces y ahora tendremos que buscarle nombre a los más pequeños que se lo pasan en grande descubriendo el balón, el suelo y los compañeros de equipo.

Todo ello es gracias al trabajo de muchísimos monitores que los clubes tienen en sus escuelas. Y son menos de los que podria haber y pese a que la Federación cada vez saca más cursos de aprendizaje, resultan insuficientes.

El 2022 acaba con el rugby madrileño con buena salud. Debemos conformarnos con estas buenas noticias, pero debemos pedir al 2023 que se planifique mejor la temporada y que se dé mas importancia a los seven, modalidad que indudablemente acapara mucho el futuro y que se destinen más recursos a la promoción del rugby como deporte de inclusión, de compañerismo y de valores muy importantes para la educación de nuestros niños.

¡¡¡Viva el 2023!!!.