Juan Luis Yagüe /
Director general de
Eurocolegios Casvi

Ante la pregunta: ¿a qué edad debo escolarizar a mi hijo en el colegio? Hacerlo antes de los 3 años debería depender de los hitos que haya alcanzado cada niño. Eso sí, si aunamos una buena metodología como el Bachillerato Internacional y los recursos y medios necesarios, se logra que el niño desarrolle al máximo sus destrezas, habilidades y aptitudes; a la vez que una serie de hábitos de comportamiento y trabajo que para ellos será un mero juego, pero que serán muy importantes en su futuro. A continuación, y desde la experiencia de los años, les daré una serie de tips que les ayudarán a identificar en qué momento están sus hijos para ser escolarizados:

• De 12 a 24 meses – Precisamente con un año comienzan los niños a desarrollar todo su potencial, pues esta etapa es muy importante para mejorar su desarrollo cognitivo y sensorial. Así, tanto en inglés como en español, en determinados colegios, trabajamos a través del juego, pues este, les ayuda a descubrir habilidades y capacidades.

• De 2 a 4 años – Ya con dos años, en nuestros colegios, los alumnos aprenden de forma transdisciplinar bajo la metodología del Bachillerato Internacional. Así, se forman mediante experiencias reales, por ejemplo viven en primera persona el otoño realizando la vendimia o trabajan la alimentación saludable realizando brochetas de fruta, de este modo se mejora pinza digital, la coordinación óculo manual y se sigue reforzando el desarrollo cognitivo y sensorial. En esta etapa además descubren el juego simbólico, donde simulan situaciones o roles de personas cercanas a su entorno, y comienzan a hablar y comunicarse.

• De 4 a 6 años – En esta etapa potenciamos sus habilidades sociales y de comunicación además de trabajar su confianza y su autoestima. Para ello trabajamos la inteligencia emocional mediante diálogo interior con el espejo, o expresando cómo se sienten tras realizar una actividad. También trabajan las habilidades sociales. Por ejemplo, en clase de inglés recrean las tiendas de un supermercado y con ello también aprenden el vocabulario de los alimentos mientras se relacionan con sus compañeros.

El juego simbólico sigue siendo una parte importante, pues vestidos con el traje de apicultor o ganadero aprenden las profesiones rurales, se ponen en la piel de un médico o profesor para aprender la organización de las instituciones o se visten de cavernícolas para vivenciar la Prehistoria y llegar indagando al concepto de evolución. En esta etapa sus habilidades comunicativas se multiplican, pues ya son capaces de llevar a cabo conversaciones y expresar sus ideas y sentimientos.

Como ven, en todas las etapas hay un desarrollo del alumno y una evolución a nivel social, cognitivo y motor, pero hay algo importante que no todas las metodologías consiguen y es precisamente permitir a los alumnos desarrollar desde pequeños los 10 atributos del perfil a través de los Programas PEP, PAI y Diploma. Estos atributos son: indagadores, audaces, de mentalidad abierta, buenos comunicadores, pensadores, íntegros, informados e instruidos, reflexivos, solidarios y equilibrados.

¿Qué buscar en un colegio?
Matricular a nuestros hijos en un colegio es una decisión que debemos meditar, pues será donde pase los próximos años de su vida. Tenemos que valorar qué buscamos en un colegio: metodología, idiomas, instalaciones, profesorado en continua formación, intercambios lingüísticos… y ver si nuestros valores van acordes con los valores del colegio, pues familia y colegio deben ir en la misma línea.

El último punto a tener en cuenta y no por ello menos importante es la inversión y no gasto, que queremos realizar en la educación de nuestros hijos. Como padres, deberíamos buscar la mejor educación para ellos desde que comienzan su etapa escolar, donde el profesorado les guíe en su aprendizaje, dando el protagonismo al niño en su propio desarrollo para que a través de la indagación y la experimentación adquiera las habilidades, destrezas y aptitudes necesarias para desenvolverse cuando llegue a la universidad.

La inversión que los padres realizan en la educación de sus hijos hoy, será sin duda alguna, la que marque el futuro de nuestros hijos mañana.