Elena Cid. Pedagoga y directora general de CICAE

Cada vez somos más conscientes de que tenemos que cuidar el medio ambiente y también de que se están tomando medidas para ello, pero, ¿son suficientes? ¿Somos realmente conscientes de la problemática? ¿Cómo están actuando las grandes organizaciones? ¿Y los centros educativos?

Es necesario que nos planteemos estas y otras muchas preguntas para evaluar qué es lo que estamos haciendo por el cuidado medioambiental y el desarrollo sostenible. La Comisión mundial sobre el medio ambiente y el desarrollo de las Naciones Unidas habla del desarrollo sostenible como “el desarrollo que satisface las necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”. Lo que hacemos hoy, indudablemente, afecta al mañana.

La conciencia medioambiental debe inculcarse desde las edades más tempranas. Los hábitos y actitudes responsables de consumo, de reciclaje, del cuidado de las cosas, deben aprenderse en el ámbito familiar y escolar. Nuestros hijos y alumnos aprenden de nuestros comportamientos. De poco sirven las campañas de concienciación que se realizan desde los organismos internacionales y los gobiernos, si los futuros vigilantes y cuidadores del planeta no lo tienen grabado en su ADN.

El cuidado medioambiental en el colegio
En los colegios ya se está promoviendo un mayor conocimiento de la importancia del respeto al medioambiente, por lo que se trabaja el desarrollo de valores y nuevas actitudes que contribuyen al uso racional de los recursos naturales de una forma más práctica. Dado que en nuestros colegios abordamos la solución de problemas como una de las habilidades más importantes del curriculum, tenemos la maravillosa oportunidad de establecer proyectos o estrategias para también resolver cuestiones ambientales del entorno, cercanos y próximos a la realidad de los niños. Dicho de otra manera, no nos podemos quedar en la simple información teórica y superficial del problema, hemos de pasar de la voluntad a los hechos.

Muchos son los colegios e instituciones educativas que realizan campañas de concienciación y mejora del entorno próximo, con acciones que tienen repercusión en nuestros jóvenes, como la puesta de papeleras de reciclaje, organización de patrullas medioambientales escolares o consumo de alimentos ecológicos y locales de temporada. Sin embargo, si queremos ir realmente más allá, hemos de involucrar a los estudiantes de una manera activa.

Los centros escolares más innovadores se ayudan de metodologías inductivas para concienciar en el cuidado activo del medio ambiente y pasar, como decíamos, de la voluntad al hecho. Estas metodologías, que están teniendo un gran calado en los estudiantes, como el Aprendizaje Basado en Proyectos, Problemas o Retos, entre muchas de sus bondades, tratan de hacer al alumno más protagonista de su propio aprendizaje y pone en valor la utilidad de todo lo que aprende en entornos reales.

Así pues, son los propios alumnos los que solucionan los problemas que se le plantean, como por ejemplo, trabajar en la solución de reducir el consumo energético del centro, la creación y adecuación de los espacios para fomentar el uso de bicicletas o afrontar la escasez de agua con fantásticas ideas. Realizan proyectos como llevar a cabo la creación, implantación y cuidado de un huerto escolar, se organizan para coordinar la siembra de árboles y repoblación de bosques o elaboran sus propios medios para obtener energía renovable para el centro. Además, son capaces de aceptar y alcanzar grandes retos, tales como el de conseguir reutilizar el agua de lluvia, introducir la energía solar en el centro o reducir la utilización de plásticos, uno de los grandes problemas de la sociedad actual.

Por tanto, pongamos el foco en nuestros jóvenes, démosles las herramientas necesarias para que puedan desarrollarse como personas sensibles con el medio ambiente y sean ellos los principales protagonistas. Que no solo estén preocupados, sino que tengan y sientan la necesidad de actuar para hacer del mundo un planeta más habitable y sostenible.