Lleva toda la vida en el mundo del transporte, ha trabajado para El Corte Inglés y siempre ha tenido desde muy joven, gente a su cargo. Le gusta el contacto con la gente y el servicio que ofrece con su empresa de alquiler de coche con conductor es de primera calidad y total confianza. Cuida al máximo de sus vehículos para poder ofrecer a sus clientes un servicio inmejorable y que puedan viajar siempre en primera clase a precio de turista.

Entrevista con José María Rute Lázaro, gerente

Pregunta.- ¿Cuánto tiempo lleva en el transporte?
Respuesta.- Empecé con dieciocho años con mi propia furgoneta y un año más tarde tenía trabajadores a mi cargo. Con el VTC llevo ya cinco años. Tengo el título de transportista, al igual que mi mujer, hoy en día no puedes hacer prácticamente nada si no tienes este título.

P.- ¿Qué tipo de permisos se necesitan para ser un conductor de VTC?
R.- Tienes que tener tu propio negocio de VTC, las tarjetas de transporte, una serie de coches mínimo con una cilindrada superior a la normal y vehículos de alta gama. Nosotros no tenemos licencias municipales, tenemos tarjetas de transporte que me permiten trabajar por todo el territorio nacional. La diferencia de un taxi y un VTC es que yo tengo una tarjeta de transporte porque tengo un negocio y un taxi lo que tiene es una autorización que se la da el Ayuntamiento para que explote una determinada zona.

P.- ¿Qué diferencia hay entre Uber, Cabify y VTC?
R.- La diferencia es abismal, el VTC tradicional es lo que yo hago. A mí me llaman mis clientes, y para mañana tengo una serie de viajes, y sé de antemano y programado dónde voy a ir. Suelen ser clientes conocidos aunque constantemente también me entran nuevos. La diferencia con Uber o Cabify, que se ha puesto tanto de moda, es que a través de una aplicación puedes conseguir un coche, ya no te digo en cuestión de minutos… sino segundos. Abres la aplicación y salen 6 coches alrededor, cualquiera que pulses te dice lo que va a tardar el coche en venir a buscarte. Lo mío es un VTC tradicional, es decir, alquiler de vehículo con conductor, es un chófer personal que toda la vida ha existido, con la peculiaridad de que como nuestros servicios son por encargo, pues tú me puedes mandar que recoja un menor en cualquier sitio y ya sabes que ese menor va a ir con una cara conocida, te doy mis datos y entro a recoger al menor al colegio sin ningún problema.

P.- ¿Qué tipos de personas demandan el VTC?
R.- Clientes especiales, no suelen ser clientes al uso. Son clientes que saben perfectamente cuándo van a requerir el servicio y por regla general suelen ser fijos, son habituales. Ellos se dedican, por sus motivos, a viajar constantemente y lo que necesitan es la confianza y la seguridad de que vas a recogerles, de que cuando vengan van a ver una cara conocida que le va a volver a traer a casa o inclusive que te puedan mandar a recoger sus equipajes. De hecho muchas veces vamos a recoger solamente los equipajes.

P.- ¿Qué es lo que ofrece que otras empresas no lo hacen?
R.- Todas las empresas ofrecen más o menos lo mismo pero mi sello diferenciador sería la puntualidad y, sobre todo, la discreción. Eso está garantizado siempre. Luego dentro del vehículo ofrezco agua y para nuestros clientes Vip ya se sirven copas. Tienes la posibilidad de pedirte un gin-tonic, o un whisky con tu mini botellita de avión y tu mini botella de refresco y, por supuesto, bombones. Siempre se ofrece ese servicio cuando vienes del aeropuerto o de Renfe, va incluido dentro del precio. Y luego si vas a hacer alguna celebración, boda, cumpleaños o despedidas, siempre llevas sidra o champagne y lo regalas como obsequio.

P.- ¿Qué es lo que más le gusta de este trabajo?
R.- El trato cercano con el cliente. Por regla general cuando lo llevas una vez ya no son clientes son casi amigos, incluso se suben conmigo delante. Cuando me han contratado para servicio de recogida en los rodajes de películas, tú ya desde el primer día eres parte del equipo. Eres uno más de la pequeña familia que hay durante ocho o nueve semanas que dura el rodaje de la película.

P.- ¿Hay alguna anécdota que recuerde y quiera compartir con nosotros?
R.- Tengo una en especial cuando hice el rodaje del Bar. Veníamos un día con uno de los actores protagonistas de la película y con otro compañero suyo que habían rodado una escena de madrugada. Vamos por la carretera y de repente, uno de ellos se abraza a mí, se pone nervioso y me dice “¡Hay una persona dentro de la furgoneta!”. ¿Pero cómo va a haber alguien dentro?, le digo. “¡Para por Dios que hay una persona dentro de la furgoneta!”. Me echo a la derecha asustado, nos bajamos rápidamente del coche, abro el maletero y no hay nadie. “¡Te juro por Dios que alguien me ha chistado en el oído, que lo he notado!, él estaba temblando y ya le digo ¡pero qué coño te va a chistar, que tengo un ambientador pegado en el fondo del coche que cada treinta minutos hace sshiisst!

Mira, no se qué hora era, de madrugada después de un rodaje de doce horas que ya van agotados, estábamos en medio de la carretera de Alcobendas a San Sebastián de los Reyes, parados riéndonos todos menos él que seguía con un estado de nervios… Al día siguiente en el rodaje todo el mundo lo sabía y no veas qué día pasó el pobre.

Texto y fotos: Ayer&hoy