Quienes conocen a Francisco Cerro le definen como un hombre dialogante, sensato y buen gestor a nivel político y excelente periodista a nivel profesional. Pero además es un hombre sencillo que siempre se ha preocupado por el bienestar del pueblo de Boadilla. No es oriundo de la localidad pero ya en su época de primer edil en la transición, demostró que para él lo importante era la gente del municipio. Aunque está jubilado, es académico y presidente de la OMJET y su mente inquieta sigue trabajando para dar lo mejor a sus vecinos y a su adorado pueblo.

“Si la oposición proponía algo positivo votaba a favor, el pueblo es lo importante”

Pregunta.- Es usted periodista ¿Por qué decide serlo, qué es lo que le atrae de la profesión?
Respuesta.- Yo vivía muy cerca de la Escuela de Periodismo, estudiaba en los Maristas y por las tardes estaba de botones en la Escuela de Periodismo. Conocí grandes figuras del medio y vi que quería ser periodista. Empecé primero en la escuela, que me sirvió para tener una vocación, y luego en la facultad. Comencé trabajando en la Agencia Hispania Press y luego de allí, Fernando Asís, profesor de la escuela de periodismo, me dijo que si quería ir a televisión de colaborador, dije que sí y fui de los históricos de TVE.

P.- ¿En qué momento decide dejar su profesión de periodista para ser alcalde?
R.- Es que no la dejé, porque por aquella época los alcaldes no cobraban y Boadilla era un pueblo pequeño. Me autorizó Televisión Española para poder compaginarlo porque en esa época estaba en la Casa Real de Jefe de Servicios Especial de Imagen.

P.- ¿Cómo era el ambiente político de aquella época en Boadilla?
R.- No había un ambiente político, había un ambiente de vecindad, de amigos, de gente que quería que el pueblo saliera para arriba. Fui el primer alcalde de España que hizo sesiones abiertas con participación directa del pueblo, los plenos eran abiertos, porque a mí lo que me interesaba es que la gente participara, se hacían por la tarde para que la gente pudiera ir.

P.- ¿Cuál era el partido que encabezaba?
R.- Antes no había partidos, era partido único. Yo era concejal. Había varios concejales que se presentaban al pueblo en unas listas para ocupar los puestos en el Ayuntamiento, el pueblo decidía el concejal y el gobernador daba el visto bueno. Conocí a Pepe Ascaso que fue quien me llevó a Boadilla, un pueblo muy bonito pero con carencias. Me propuse colaborar y cogí un poco de conciencia con la gente del pueblo. Como yo era periodista y hacía noticias de la localidad, se empezó a conocer un poco más. En ese momento había que cambiar de alcalde, el que estaba llevaba ya muchos años, querían gente joven y me propusieron a mí, entonces salí elegido y el gobernador dio el visto bueno.

P.- ¿Cuál ha sido el logro que más satisfacción le dio en esa época?
R.- Conseguir que Boadilla no tuviera diez alturas, que fuera un pueblo, eso es de lo que estoy más satisfecho. Cuando entré estaba previsto en el plan general torres de diez alturas y dije que si ese plan seguía adelante yo presentaba la dimisión. Conseguí reformar el plan para cuatro alturas y la gente está agradecida, bueno los terratenientes un poco menos (risas). También creé la policía municipal porque antes estaba el sereno. Logré traer la Cruz Roja con servicio permanente de médicos y ambulancia. Conseguí que Boadilla tuviera las mejores fiestas populares, asfalté las calles, cambié la iluminación, traje el teléfono automático, aumenté el número de aulas para que los chicos no tuvieran que ir a Majadahonda para seguir estudiando y se firmó un convenio para que no se pudiera construir en el monte de Boadilla durante cien años… Inicié el progreso de Boadilla y con poco dinero. Yo creo que el dinero donde mejor invertido está es en el pueblo y a la gente le gustaba que yo consultara con ellos.

P.- ¿Cuánto tiempo estuvo de primer edil en aquella época?
R.- Pues durante la transición, porque luego yo quise volver a lo mío en televisión, no me presenté a las elecciones y volví a intensificar un poco más mi profesión como periodista en Televisión Española.

P.- En su segunda etapa como político, ¿por qué vuelve?
R.- Había decaído el pueblo bastante y entonces un grupo de gente me propuso hacer un partido. En 1991 fundé el partido Unión Independiente de Boadilla, nos votó el casco urbano, un 72%, e hice un programa de los problemas que existían: estaba el cruce de la muerte donde está ahora la bandera, en el que había muchos accidentes mortales, no teníamos seguridad en las urbanizaciones, había vertederos por todos los lados, algunos barrios no tenían agua… Hice un programa eminentemente social. Pero con el tiempo vi que el movimiento no me gustaba. Me opuse al plan general. No estoy en contra del empresario constructor, estoy en contra de las aberraciones urbanísticas y entendía que era mejor reducir la edificabilidad y hacer más zonas verdes. Los únicos que nos opusimos fuimos José María García, el juez de paz y yo, y los demás votaron a favor de ese plan.

P.- ¿Por qué se vino a vivir a Boadilla del Monte?
R.- Me vine a este pueblo porque trabajaba en Prado del Rey como periodista y cuando venía por aquí decía “qué pueblo más bonito”. Entonces me compré una parcela y luego me hice el chalet pero pensando en venir solamente los fines de semana y en verano, pero se vivía tan bien aquí que dije: “me quedo”. Un anécdota divertida es que la gente del pueblo, a los que éramos de las urbanizaciones, decían que nada más que veníamos a explotarles porque éramos forasteros, pero era mentira. Al principio creían que iba a practicar con el pueblo y que luego me iría de gobernador, y algo de razón tenían, porque al poco tiempo me ofrecieron ser Delegado de Información y Turismo en Cuenca, pero lo rechacé porque yo quería ser periodista y seguir con mi trabajo. Pero es bonito que el responsable del cementerio parroquial me dijera un día: “Don Francisco, usted no es forastero, usted es de los nuestros”.

P.- ¿Qué diferencia ve entre la política que se hacía antes y la de ahora?
R.- Yo diría que hay que diferenciar al político vocacional y al político que lo tiene como medio de trabajo, es bien distinto. La gente de antes quería defender su pueblo, sus problemas, sus costumbres y mantenerlas. Conmigo vieron que era una persona que no entraba en política, ni de derechas ni de izquierdas sino que trataba de solucionar las cosas y eso es lo que hay. Ahora dependes del partido. Si Izquierda Unida o el PSOE proponían algo positivo yo rompía el voto de partido si era beneficioso para el pueblo, lo apoyaba, pero ahora ya no se hace eso. El pueblo es lo importante.

P.- ¿Cree que le ha quedado algo por hacer?
R.- Muchas cosas, pero creo que la vida son etapas y no hay que decir que lo anterior es lo mejor y ahora lo peor. Colaboro siempre que me lo piden para hacer algo para el pueblo que puede ser positivo sin entrar en apoyar políticamente a unos ni a otros. De hecho estoy haciendo gestiones con la Academia de Ciencias y Arte de Televisión y el Ayuntamiento para ubicar aquí en Boadilla el Museo de Televisión, ya que soy miembro de la comisión para la realización de ese museo que sería muy interesante para el pueblo.