Treinta años enseñando el amor incondicional por la danza

El pasado 12 de octubre de 2018, como no podía ser de de otra manera el día de la Virgen del Pilar, la Escuela de Danza Pilar Domínguez celebró su trigésimo aniversario desde que abriera sus puertas para adentrarnos en el maravilloso y especial mundo de la danza. Su pasión por el baile empezó desde pequeña pero las ganas de enseñar lo que a ella le gustaba fue lo que le hizo abrir esta escuela, “tenía claro que quería enseñar, de hecho empecé la carrera de magisterio y la dejé para poder ir a Madrid a recibir clases de baile”, nos cuenta Pilar Domínguez.
Pero la experiencia es un grado, por eso desde el principio ha tenido a su lado a Laura Daniela. Se conocieron en la escuela de baile de Montepríncipe. Laura Daniela era profesora del centro y Pilar estuvo allí de alumna.

Al abrir la escuela, el padre de Pilar habló con Laura “a mí me propuso su padre venir porque ella no tenía tampoco experiencia para dar clase, esto se inauguró el 12 de octubre del 88, ahí me vine y arrancamos las dos. Llevo con ella los treinta años, ha sido y es divertido aunque la enseñanza es dura pero te da muchas satisfacciones”. Para Laura Daniela, Pilar como jefa “es un encanto porque nos permite a todas cualquier cosa que se nos ocurra por muy locura que sea, ella dice que para adelante y va para adelante. Nos hemos metido en embarques bestiales de festivales y de historias y siempre ha dicho ¡Vamos! En ese sentido nos ha permitido construir nuestros propios sueños la verdad, porque muchas coreografías y muchas cosas que se han hecho ha sido gracias a la oportunidad que nos ha dado ella a todas, porque es verdad que en ese sentido es muy ecuánime”.

Al principio, compaginaban la escuela de danza con otros trabajos, nos cuenta Pilar que “Laura daba clases en otro sitio y yo daba clases en coles, hasta que se fueron formando grupos en la escuela, pero es que Boadilla no era lo que es hoy. Cuando inauguramos la Casa de la Cultura su teatro no tenía butacas y lo llenábamos de sillas, me acuerdo que nos dejaban las sillas del bar y con la furgoneta de Élices las llevábamos y descargábamos, porque claro, no había ningún sitio para bailar, pero como tienes ilusión y te gusta mucho lo que haces, no te importa”.

Izq.: Pilar con Laura Daniela en una puesta de escena de baile.

Pasión y formación
Del primer grupo de niñas pequeñas que estuvieron con Pilar y con Laura Daniela, a día de hoy algunas continúan de manera profesional e incluso trabajando en la escuela de Danza que les enseñó todo lo que saben. Una de estas niñas pequeñas que pasaron por sus clases y que lleva ya 20 años trabajando en la escuela es Alicia Moreno. Ella ha aprendido de sus maestras del baile “el amor incondicional a la danza, a disfrutar haciendo algo que te gusta. Al final gracias a lo que recibí de ellas, salió para afuera que lo que tenía que hacer en mi vida era esto. No concebía mi vida sin bailar o sin estar vinculada a la danza y estaba claro que me gustaba la enseñanza por eso había estudiado magisterio, y me dije, “si existe una carrera que diga que puedo bailar y que puedo enseñar pues por qué no la voy a hacer”. Y por eso después hice el grado profesional y luego el superior de pedagogía de danza”.

Paki Moral es otra de las alumnas que ahora está en la escuela enseñando danza oriental, así como Laura Buitrago o Leire Antón, entre otras, que han aprendido a amar la danza gracias a la escuela de Pilar Domínguez.

La escuela de danza ha ido evolucionando acorde con los tiempos y las modas y se ha ido adaptando a las distintas disciplinas. Además del ballet clásico, flamenco, escuela bolera o sevillanas, también tiene bailes latinos, de salón, danza oriental, hip hop, funcky y danzas urbanas. En definitiva, un gran abanico de posibilidades para elegir y por supuesto para todas las edades. Pero uno de los logros de esta escuela es su Ballet. Un cuerpo de baile maravilloso que se va nutriendo de las alumnas de la escuela. Niñas que dedican muchas horas extras, su tiempo libre y fines de semana a ensayar para que cada actuación brille con luz propia.

Imágenes de los 30 años de la Escuela de Danza Pilar Domínguez, con actuaciones en plazas de toros (como la imagen de la derecha), o en diferentes escenarios.

Una gran familia
Para Pilar es un orgullo ver como sus alumnas, a las que ha enseñado de chiquititas se quedan con ella ejerciendo la profesión que ama “mi balance de estos treinta años es que he pasado una vida haciendo lo que me gusta y teniendo una gran familia, porque al final vives por y para eso. Somos una piña”. Laura Daniela nos cuenta que lo que más le reconforta en todo este tiempo que lleva la escuela abierta es “ver la evolución de las niñas, verlas crecer y cómo le vas retransmitiendo todas la serie de cosas, cómo las van absorbiendo y viendo su evolución”.

Por otro lado, Alicia que ha sido alumna y ahora es profesora de la escuela de danza, nos cuenta que recuerda lo que ella pensaba estando en el sitio donde están ahora sus alumnos, “tienes ahí esa doble parte que ellas no tienen porque yo sí que he estado en el otro lado y lo he vivido y nunca me olvido”.

La escuela de danza de Pilar Domínguez es como una gran familia, que te acoge y te alimenta con el amor a la danza. Treinta años lleva ya haciéndolo y esperemos que lo haga otros treinta más, y que los zapatos de flamenca de Pilar sigan taconeando con esa pasión que sólo ella sabe transmitir.

Texto: Ayer&hoy; Fotos: Escuela de Danza Pilar Domínguez