Rómulo Augusto Pío Félix Augusto, conocido como Rómulo Augústulo, fue el último emperador romano de Occidente entre los años 475 y 476. Era hijo del general Flavio Orestes y fue proclamado emperador por su padre. Sin embargo el emperador de Oriente, Zenón, no lo reconoció como tal. A la vez la presión de los hérulos reclamando la entrega de tierras en el centro de la península Itálica provocó la caída de Rómulo cuando contaba tan solo 15 años de edad. En su lugar el general de los hérulos, Odoacro, reclamó el trono de Italia confinando a Rómulo en Lucullanum, hoy Castel dell’Ovo, en la bahía de Nápoles. La fecha de su muerte es desconocida ya que, a pesar de que a partir de 476 se pierde su rastro histórico, existen algunos indicios que podrían testimoniar su supervivencia hasta las décadas de 520 o 530. Se considera que su deposición marca el fin del Imperio romano de Occidente, aunque su parte oriental sobrevivió hasta 1453. Este hecho llevó a numerosos historiadores a considerarla como el comienzo de la Edad Media. Además, aunque Odoacro reclamó el trono de Italia, no mostró interés en aspirar a la dignidad imperial y envió las insignias del poder a Constantinopla, reconociendo a su monarca como único emperador. Así los bizantinos se consideraron legítimos soberanos del Imperio romano.