Francisco Boza / Gerente de la residencia Virgen del Pilar

Las personas felices y optimistas tienen doce años más de esperanza de vida, según estudios recientes. Si sales feliz del trabajo, lo más probable es que llegues a casa con ganas de disfrutar de la familia y de los amigos, y al revés. La infelicidad en el trabajo es probable que produzca infelicidad en el resto de ámbitos de nuestra vida.

No voy a decir, como el mal idolatrado Che Gevara, que “el trabajo nos hará hombres”. Pero sí creo que el trabajo es nuestra contribución a la creación del universo. Que todos estamos llamados a trabajar y que la mayor parte de nuestra edad adulta la pasamos trabajando o preparándonos para trabajar. Y por lo tanto, o conseguimos ser felices en nuestros trabajos o no lo seremos en nuestra vida.

La primera tentación es pensar que la única felicidad que hallaremos en el trabajo es el dinero que conseguiremos a cambio. Pues siento aguarte la fiesta, según los expertos, la motivación de un mayor salario dura únicamente tres meses, pero luego se olvida. La prueba es que hay mucha gente muy bien pagada que es infeliz en su trabajo y otros que no están tan bien pagados y, sin embargo, son tremendamente felices en su trabajo. No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.
Es probable que ni tú ni yo mandemos en nuestras respectivas empresas, pero sí mandamos en nuestros sentimientos y reacciones. O por lo menos ésta es la lucha de toda una vida de una persona sensata, poder llegar a mandar en sí mismo, sin que nada ni nadie le domine. Por lo tanto, nuestra felicidad depende en primer lugar de una decisión personal de ser feliz. Para ser feliz, no basta con quererlo, sino, como tantas cosas en la vida, tenemos que poner medios para conseguirlo.

Voy a compartir contigo algunos trucos que trato de aplicar para conseguir ser feliz en mi trabajo. Cuentan que un empresario del gremio de los zapatos envió a dos de sus mejores comerciantes en unos de los primeros viajes al Nuevo Mundo para ver las posibilidades de negocio en la recién descubierta América. A su vuelta, ambos fueron a verle y el primero le dijo:

– Van descalzos. Nada que hacer. No usan zapatos.

Pero el segundo, con una gran sonrisa en la cara, le anunció:

-Van descalzos. ¡Queda todo por hacer!

Esta historia va sobre la importancia de ver las cosas de forma positiva. El pensamiento y la palabra crean realidad. Si pensamos en positivo, si decimos en positivo, crearemos una realidad positiva.

Pon pasión en tu trabajo y piensa, si hoy fuera el último día de mi vida, ¿lo viviría así? Acuérdate de la anécdota de los picapedreros. Unos picaban piedras y otros en cambio construían hermosas catedrales. En el trabajo, los objetivos tienen que ser sueños con fecha de entrega.

Si estás afectado de algún hábito negativo en tu trabajo, no dudes en liberarte para alcanzar la felicidad. Identifícalo. Ponte fecha y recompensa si consigues erradicarlo y sobre todo piensa en los beneficios que te reportará el nuevo hábito. Si consigues reproducir tu nuevo hábito durante veintiuna veces consecutivas, habrás adquirido el nuevo hábito. Copia al que lo hace bien.

Decía Albert Einstein que “dar ejemplo no es la principal forma de influir en los demás, es la única”. ¿Por qué nos acostumbramos a hacer las cosas mal? Si lo hacemos bien, estaremos mucho más contentos. En el trabajo no hay nadie infalible. Si cometo un error y lo reconozco, eso me dará más fuerza y credibilidad frente a los compañeros y los jefes.

En muchas ocasiones el estrés laboral proviene por asuntos pendientes de realizar y que no acabamos de realizar. ¡Cuánto sufrimos por cosas que aún no han ocurrido! No dejes para más tarde las tareas que menos te apetecen hacer. Hazlo ahora. Tenemos que saber distinguir lo urgente de lo importante y saber decir que no. Lo primero que tenemos que acometer es lo que es importante y urgente. En segundo lugar, lo que es importante, pero no urgente. Deleguemos lo que es urgente, pero no importante. Y archivemos en la papelera lo que no es importante ni urgente. Si lo que fuera lo puedes hacer en los dos próximos minutos, hazlo en ese momento. Cada vez que nos quitamos cosas de encima, estamos reduciendo el estrés. Perder el tiempo es hacer cosas menos importantes de las que tenemos que hacer.

En nuestro trabajo necesitamos tener amigos porque nos ayudan a ser más felices y a que nos vaya mejor laboralmente. Pero éste y otros trucos te los contaré en un próximo artículo. Si quieres que te siga hablando de estos temas, envía un correo electrónico a la revista pidiéndolo.