Su presencia elegante y sosegada esconde una personalidad arrolladora y una vida llena de sacrificio, trabajo, experiencia, de luces y sombras que le han llevado a ser el consejero delegado de Radio Inter y del Grupo Internacional de Medios. Esa pasión que tiene por la radio y por la comunicación es innata en él y la transmite de una forma natural con esa voz tan radiofónica que cautiva al oyente. Un gran comunicador que ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías.

“Siempre he tenido tendencia a presentar o a dirigir algo relacionado con la comunicación”

Pregunta.- Recién terminado el bachiller deja su país, Colombia, y decide venir a España, ¿por qué?
Respuesta. – Por mi madre española que nació en Cerezo de Abajo, un pueblo segoviano y marchó con la guerra en 1938 a Colombia. Allí creció y se casó con mi padre, militar que llegó a ser general del ejército de Colombia. Me forjé en un ambiente español y colombiano. Con 16 años, cuando terminé el bachillerato, vine a España. Llegué en unas condiciones precarias porque no quería molestar a mi familia, quería demostrarme a mí mismo que podía salir adelante. Comencé cuidando niños autistas y enfermos terminales. Fueron años muy difíciles pero todo este tipo de circunstancias hace que uno se haga más duro ante las vicisitudes de la vida. Finalmente, pude entrar a estudiar la carrera que yo quería, que era periodismo, y luego estudié economía.

P.- ¿Cuál es el momento en el que se da cuenta que lo le gusta es comunicar?
R.- Desde pequeño me llamaban “contactos” porque siempre decían, “¿alguien tiene una bandera para no sé qué? Yo la tengo. ¿Quién conoce a alguien que cante? Yo lo tengo. Llama al contactos que lo sabe todo” (risas). Luego, en mi época de niño en la escuela, todos los días se izaba la bandera, cada ocho días había un acto y yo era el presentador. Siempre he tenido una tendencia a presentar o a dirigir algo relacionado con la comunicación.

En quinto de primaria creé el primer periódico del colegio, se llamaba El Escolar. Colaboré de joven en un programa de radio religioso, Los Cristóforos, pero también disfrutaba cantando y cuando llegué a España me matriculé para estudiar canto pero me di cuenta que me gustaba más hablar por un micrófono y comencé a perfeccionar la técnica de la voz, la ortofonía.

P.- ¿Es verdad que en sus comienzos tuvo problemas por su acento?
R.- Sí claro. Fui a hacer una prueba a la cadena Ser y ahí me dijeron “tú nunca podrás triunfar en la radio de este país porque tienes acento”. Me comentaron que la única posibilidad que tenía es que me fuera a Canarias, y eso no era lo que quería. Finalmente me puse a estudiar qué es la ortofonía, la prosodia y de dónde surge el acento y me di cuenta que el acento lo marcan los tonemas, que depende de donde tú pongas el tono a cada palabra. Los tonemas para hablar castellano puro se marcan en la última sílaba de una palabra y pueden ser altos medios o bajos. Lo que pasa es que el oído lo tenemos acostumbrado a lo que oyes a tu alrededor, dependiendo de la zona donde estés. De hecho, luego me dediqué al doblaje de películas y al mundo de la publicidad en televisión, ponía la voz de Marlboro, Movistar, Café de Colombia .Tengo un canto natural que está ahí, la gente me lo dice y no me lo quiero quitar, ni cambiar.

P.- Hablando de quitar, su nombre es Carlos Hernando Gómez Peñaloza ¿Por qué se queda con Carlos Peñaloza?
R.- Por que cuando llego a hacer mis primeras pruebas me dicen: “¿Cómo te llamas? Carlos Gómez. Vaya, el quinto Gómez que hay aquí en la radio. ¿Cuál es tu segundo apellido? Peñaloza. Pues ¿por qué no te pones Peñaloza?”

Eso me causó un gran disgusto con mi padre porque no reconocía su nombre, pero lo entendió y lo solventamos. No fue cosa mía, me lo dijeron y al final quedó así.

P.- ¿Recuerda qué sintió la primera vez que salió en antena?
R.- Sí me acuerdo, leí una noticia. Hablé por primera vez con 14 años en el programa Los Cristóforos que se hacía temprano, de 5 a 6 de la mañana, se emitía grabado y lo hacíamos con el cura del barrio. Sientes que es el principio de un camino muy largo. Escuché ese programa muchas veces, primero por el hecho de sentir que había hablado en la radio y segundo para corregirme.

P.- ¿Cómo fueron sus inicios en la radio?
R.- Ingresé en Radio España en un programa que se llamaba Radio Hora, que fue un programa de muchísimo éxito que trajeron dos ciudadanos cubanos a la capital de España y ahí le dimos un impulso hasta convertirnos, en aquella época, en número uno en audiencia en Madrid y de hecho todavía se recuerda ese formato dando la hora minuto a minuto. De ahí pasé a ser director de los servicios informativos de Radio España hasta que la emisora pasó a ser parte de Onda Cero cuando se fusionaron Radio España y Cadena Rato.

Terminada esta etapa de 18 años en Radio España, me voy a Radio Intercontinental de Madrid y monto los servicios informativos de esta casa. Al cabo de ocho años apareció Julio Ariza porque compró Radio Intercontinental. El Grupo Intereconomía, que era de él, la absorbe. Trabajo con él un tiempo pero termino dejándolo y fundo Radio Internacional de España, creamos también el periódico Style International y China FM, la primera emisora dedicada a 300.000 chinos que viven en España.
Ahora hace justo un año nos quedamos con Radio Intercontinental, es decir, vuelvo yo a la Inter pero en esta ocasión termino siendo consejero de todo el grupo, el Grupo Internacional de Medios que lo conforman China FM, Radio Internacional de España, Radio Inter y el periódico Style International.

En medio de todas estas historias he sido corresponsal de Caracoltv, de la voz de Rusia, imparto clases en la universidad, tengo un manual y varios libros de expresión verbal, dirijo una revista de toros y muchas cosas más.

P.- ¿Hay alguna entrevista que no haya hecho y que quiera hacer a alguien?
R.- Sí claro, hay entrevistas que uno siempre quiere hacer. Siempre he dicho que el género más difícil en el periodismo es la entrevista porque ahí es donde tú desentrañas al personaje, le sacas todo y puede ocurrir, como en los toros, que se te vaya vivo el personaje. Muchas veces el entrevistador no sabe sacar ese jugo. Pienso que en este mundo hay personas extraordinarias anónimas para ser entrevistadas como el cirujano que te opera el cerebro, la persona que desratiza que está en las alcantarillas por la noche, un labrador, un celador que tenga a su cargo una central nuclear, por decir algo porque para mí todos somos seres extraordinarios, cada uno cumplimos una misión. Esas son las entrevistas que llegan al corazón.

P.- Ha recibido varios premios ¿hay alguno al que le tenga especial cariño?
R.- Bueno, hay uno que me ha hecho mucha ilusión que es el de la ATR, la Asociación de Telespectadores y Radioyentes de España, porque lo dan los ciudadanos. Pero el mejor premio es venir al micrófono, que te llame un oyente y que te diga si le puedes ayudar o no y que luego y a micrófono cerrado puedas hacerle feliz.

P.- ¿Cuál es la radio que le gustaría hacer?
R.- Una radio global, con el micrófono y ojos abiertos, oídos despiertos, una radio total, con las puertas abiertas para que entre el periodista y te entregue lo que hay al minuto. Con muchas unidades móviles, con corresponsales en el mundo. Una radio integrativa. Una radio cercana, en la calle, que cuente las historias del día a día de los seres humanos.

P.- Ahora que está con la celebración del 70 aniversario de Radio Inter ¿Cómo ve la radio actual?
R.- La radio actual ha cambiado, tiene otra dimensión con el surgimiento de internet. Cuando aparece internet revoluciona, no el sentido de la radio, sino la forma de penetrar el mensaje en los ciudadanos: si no has escuchado un programa específico, puedes descargarte los podcasts desde el móvil o el ordenador en cualquier lugar del mundo. Ahora las autopistas de transmisión son diferentes. Nos llevan a percibir el día a día informativamente hablando, de una manera mucho más trepidante, rápida. El gran reto de la radio, por lo tanto, es saber hacer digerir esos contenidos. La rapidez puede encantar, pero impide desentrañar de una manera más sosegada la verdadera realidad, del presente y futuro al que nos enfrentamos.

Texto: Kathy Montero Foto: Cedida por Carlos Peñaloza